El tratamiento de las arenas movedizas en el imaginario popular, se encuentra influenciado por la mediática planetaria, cuyo objetivo es reflejar su letalidad. Muerte por ahogamiento domina el espectro informativo. ¿Es esto posible? A continuación la veracidad o no de este planteamiento.
Definición
En apariencia, las arenas movedizas lucen como una estructura sólida (barro, fango), estancadas en lugares específicos y carente de movilidad, presentándose como un espacio transitable sin ningún peligroso. Sin embargo, este terreno al ser impactado por un objeto externo (persona, animal, cosa), manifiesta su carácter viscoso o gelatinoso, produciendo un movimiento que simula la absorción del objeto, dando la impresión de una arena movediza.
Conforme a lo anterior, las arenas movedizas se pueden definir como fluidos gelatinosos, no susceptibles de expandirse como otros líquidos, pese a contener cantidades de agua en su composición. Cuando una persona observa un terreno fangoso piensa que es algo sólido, al pisarlo altera su estructura , percibiendo como que el suelo se mueve, hundiéndose, cuando lo que en realidad ha ocurrido es que alteró su viscosidad o separación de los gránulos de arena.
Características de las arenas movedizas
Al hablar de arenas movedizas es importante considerar dos momentos, el primero de ellos, cuando se pensaba que la movilidad de las arenas era atribuible al impacto de corrientes o aguas subterráneas, que al ejercer presión sobre la arena, le proporcionaba flexibilidad (movimiento) . Sin embargo en un segundo momento, a partir del 2005, se comprueba científicamente, que esto no es así, sino que tal fenómeno es debido a su composición.
Las arenas movedizas están compuestas generalmente por diversos elementos que le confieren su particular aspecto gelatinoso (hidrogel coloide); los minerales que integran su estructura sedimentaria, se presentan en forma granular fina, que al combinarse con el agua producen una mezcla fácilmente maleable, es decir, en ese cuerpo, una estructura ajena más pesada se hundiría fácilmente.
La mezcla que integra las arenas movedizas, incluye los siguientes elementos: agua, arcilla, arena. o fango. La estabilidad de su estructura apreciable como algo homogéneo (laguna de barro, fango o arcilla), va a depender del factor salino, responsable de mantener además, el carácter reversible de su viscosidad. La sal permite que se expanda o no, según el peso del elemento externo que la altere; al contraerse, se produce una succión, un fenómeno conocido como “trampa de arena”.
De superficie rugosa, las partículas que componen las arenas movedizas presentan una distancia entre gránulos, suficiente como para evitar una gran fricción entre ellas, característica que contribuye a darle el aspecto y consistencia fangosa propia de este tipo de arenas. Por tratarse de una mezcla de apariencia sólida, se entiende entonces que al aumentar la distancia entre partículas y la respectiva fricción, la arena movediza se torne menos sólida y menos estable.
En función de lo antes expresado es posible afirmar que la estabilidad de las arenas movedizas, está supeditada al aumento o no de dispersión de sus partículas en el agua, propiciada por la acción del elemento sal y el impacto de un agente externo. De tal manera que a menor fricción entre partículas, mayor dispersión de éstas y en consecuencia mayor inestabilidad. A menor distancia entre partículas, mayor cohesión y estabilidad del suelo.
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Existen diversos tipos de arenas movedizas, las más comunes son aquellas existentes en lugares donde encontramos gran cantidad de agua profunda: ríos, lagos, mares, playas; otra forma de arena movediza es la llamada arenas movedizas de turberas, caracterizadas por grandes extensiones llanas, cubiertas de plantas por lo general musgos, con cierto espesor, correspondientes a climas gélidos.
Los terremotos propician las arenas movedizas, denominadas como licuefacción de la arena. Esto ocurre cuando el movimiento telúrico hace que las aguas subterráneas provoquen la separación de las partículas de arena, agrietando el suelo y absorbiendo los objetos de la superficie. Finalmente las denominadas de levantamiento hidráulico de fondo, generadas por excavaciones que encuentran corrientes de agua provocadas por lluvias, formando manantiales caudalosos.
Localización
Las arenas movedizas se encuentran esparcidas en muchos lugares del planeta, su localización no se remite a un lugar en particular, como lo hacen ver algunas películas. Obviamente, hay sitios emblemáticos que sirven de ejemplo de su existencia, y que de alguna manera han impactado el imaginario popular. Fuentes especializadas coinciden en señalar la Bahía de Morecambe en Inglaterra, como ejemplo típico, donde es frecuente la detección de arenas movedizas.
El temor a caer en arenas movedizas, alimentado por la publicidad nefasta que se le ha hecho, despierta en las personas un espíritu indagatorio por conocer de manera precisa, donde se encuentran exactamente, este tipo de arenas; resulta casi imposible satisfacer esta expectativa ya que, las mismas se pueden encontrar en cualquier región del mundo, donde existan aguas de cierta profundidad, y condiciones del terreno propicias.
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Desde esta perspectiva, es difícil especificar en cuales o tales países o regiones, existen las arenas movedizas, puesto que estas pueden localizarse en cualquier lugar donde existan extensiones de agua, independientemente de que se trate de lagos, ríos, mares, pantanos, o playas. Lo que si es posible afirmar es que según la región y sus condiciones de clima, flora y fauna, se formara algún tipo de arena movediza.
Un ejemplo de lo anteriormente expresado es la zona pantanosa del Amazonas, que bañado por el rio del mismo nombre y sus afluentes, con vegetación selvática y alta pluviosidad, es fácil tropezarse con grandes extensiones de terrenos llanos, propios de las arenas movedizas tipo tuberas. No es casual entonces, que el mundo artístico dedique obras que ilustran la vida de pantanos amazónicos asociados a éstas y su aparente peligrosidad.
Las arenas movedizas comúnmente referenciadas, son las que se forman en las playas, en zonas donde el mar presenta una marea alta, fuerte y condiciones sedimentarias en sus arenas que facilita el hundimiento de cualquier objeto; situación encontrada en la Bahía de Morecambe y zonas costeras de España., como por ejemplo, las marismas de Doñana, turberas del Podal, y algunas playas de Asturias como las de San Lorenzo.
Las arenas movedizas también se pueden formar a orillas de lagos, lagunas y ríos de aguas profundas, como se ha dicho con anterioridad, esto depende de la combinación de elementos (agua y suelo) y la mezcla que se produzca entre ellos. En ríos como el Mississippi, Orinoco , Amazonas y Nilo, existe la posibilidad de encontrar arenas movedizas, dadas sus características de caudal, profundidad , extensión y afluentes que de ellos se deriven.
Arenas movedizas e imaginario popular
Es posible que en algún momento hayas encontrado la expresión “me encuentro en arenas movedizas”, para indicar una situación personal de agobio frente a circunstancias de la vida difíciles. Esto ocurre porque se asocia el fenómeno natural, con un contexto particularmente peligroso, susceptible de tragarse la persona que lo atraviese. El horror inspirado por la falsa creencia de la letalidad de las arenas movedizas, equivale a sentirse ahogado en problemas.
La visión que tiene el imaginario popular respecto al tema arenas movedizas, se encuentra fuertemente impactado por los medios, los cuales, a través de películas, documentales y realities, presentan en su puesta en escena, situaciones donde las arenas movedizas representan muerte, agonía y peligro, para aquellos seres (personas, animales,) que tengan contacto con este fenómeno natural, destacándose el ahogamiento como la forma expedita de encontrar la muerte.
No es extraño encontrar en los medios, imágenes y narraciones donde personas y animales han perdido la vida supuestamente tragadas por arenas movedizas, llegando incluso al extremo de mostrar pruebas, y rastros para refrendar este hecho. Esta noción de peligro implantada, ha hecho que en el ámbito del imaginario popular, surjan anécdotas que describan como ciertas, episodios donde las arenas movedizas ocasionan daño a seres humanos y animales.
Al respecto, en el ámbito de las creencias populares, se tiene la costumbre de señalar como válido todo aquello que es transmitido o considerado por una emisión mediática. De hecho, abundan anécdotas coloquiales que describen situaciones donde excursionistas relajados estudiando el medio ambiente, transitando por parajes desérticos, inesperadamente pisan terreno inestable caen, siendo succionados por arenas movedizas.
Esta situación de terrenos desérticos plagados de zonas llenas de bancos de arena con una feroz capacidad, para aspirar a los seres animados o no, que se posan sobre ella. Es reforzada por información mediática de gran poder de penetración en las masas. La producción cinematográfica Lawrence de Arabia, muy taquillera, representa el ejemplo más contundente de la utilización de la imagen totalmente falsas de la existencia de arenas movedizas en el desierto del Sahara.
Como se observa, el mito de presencia de arenas movedizas en zonas desérticas, provenientes del éxito mundial de la película Lawrence de Arabia, resulta un hecho absolutamente absurdo , dado que la presencia de arenas movedizas sólo es posible en terrenos húmedos, es decir, el agua es fundamental en para su existencia. Lo que demuestra cómo la fantasía alimentada por los medios se impone al hecho científico.
Otro mito que gira en torno a las arenas movedizas, ampliamente difundido por los medios audiovisuales, lo constituye la imagen de un ser humano succionado completamente por estas, con la consecuente muerte por asfixia o ahogamiento. Conjetura infundada, por cuanto la succión a que se hace referencia, es imposible, dado que el cuerpo humano al ser de menor densidad que la arena, solo podría en todo caso, ser tragado hasta su mitad.
La posibilidad del fallecimiento de un ser humano, teniendo como escenario las arenas movedizas, es un hecho que no existe como consecuencia de las propias arenas; si ella (la muerte), se produce es por circunstancias conexas a la dinámica de las arenas movedizas, es decir, al quedar atrapado y no poder salir, la muerte se puede producir por ahogamiento al subir la marea, por insolación al estar expuesto al sol por mucho tiempo, o por inanición.
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Finalmente, si desafortunadamente una persona cae en arenas movedizas y está solo, más allá del susto, lo que se aconseja en este caso es, primero mantener la calma y pensar las acciones a seguir, luego mover un pie de tal manera que impulse el agua hacia la orilla tratando de desplazarse en dirección a la zona más sólida de la arena, la otra opción es levantar los brazos y echarse hacia atrás e intentar flotar.
Las arenas movedizas nos enseñan a ser precavidos y cautelosos, fijarnos por el camino que andamos pero sobre todo creer en el conocimiento científico como base de nuestras acciones. Si tienes espíritu investigativo, y te agrado el presente artículo, te invito a buscar nuevos temas en nuestro blog, te van a encantar.