La palabra brujería nos hace pensar en rituales, conjuros y toda una serie de cosas malignas; desde la antigüedad se cree que han existido personas que se han dedicado ha ejercer estas artes oscuras y demoníacas, con el fin de ver el futuro o someter la voluntad de alguien en específico. En el presente artículo responderemos a la pregunta ¿Existe la brujería?
La brujería
La brujería es un compendio de creencias, conocimientos y prácticas ancestrales en las que a una persona se le atribuyen poderes especiales por los cuales puede realizar acciones sobrenaturales y dominar los elementos de la naturaleza para su propia conveniencia.
Las personas que se dedican a este tipo de prácticas supuestamente poseen habilidades, capacidades y aptitudes que no se encuentran en la mayoría de los seres humanos. Descubre más información sobre temas de índole sobrenatural en nuestro artículo Fantasmas
Existen personas que están totalmente convencidas de que los fenómenos paranormales son realmente verídicos, además de que las artes adivinatorias son muy populares desde hace mucho tiempo.
Todas las religiones, ven la brujería como un culto demoníaco que solo sirve para engañar incautos y robarle la tranquilidad además de otras cosas a las personas que creen que realizando rituales específicos lograrán cambiar su presente y su futuro cercano.
Siempre perseguidos
Una de las épocas más oscuras de la historia de la humanidad fue cuando se desató en algunos países la llamada ‘Cacería de brujas’ momento en el cual, muchas personas inocentes fueron perseguidas, torturadas y enviadas a una muerte horrible, solo por estar bajo sospecha de practicar la brujería.
Hoy en día es común que algunas personas admitan que son partícipes de estas artes, usualmente hay personas que realizan rituales individuales, de sanación, de purificación y para encontrar la buena suerte.
Con muchísima frecuencia podemos ver personas interesadas en conocer cómo será su futuro; la mayoría busca una especie de guía para saber qué decisiones tomar con respecto a aspectos personales de su vida.
Es una situación preocupante el que una persona pierda su poder personal ante las situaciones que se le presenten, y subyugue su voluntad ante lo que pueda decirle una persona que utiliza sus poderes para hacer contacto con seres del más allá, quienes le dicen cual es la mejor opción.
Actualmente han tomado mucho auge las pintorescas pseudo religiones en las que las personas que dicen tener habilidades especiales, aseguran que existe la brujería.
Una de las más populares y que se ha difundido alrededor del mundo es la religión Wicca, la cual tiene un bagaje cultural impresionante y conocimientos de astrología y esoterismo que atraen a muchos adeptos.
Terminología básica
La palabra ‘Brujo‘ en masculino, se han utilizado desde la antigüedad como una palabra sinónima de ‘Mago’; sin importar el tipo de magia a la que se dedique o las actividades que suela practicar. Cuando la palabra se utiliza para el género femenino, se refiere directamente a las personas que practican la magia negra y las artes oscuras y de maldad.
Esta connotación tiene un trasfondo histórico, ya que en tiempos remotos, era todo lo contrario, eran los hombres quienes se dedicaban a las actividades de hechicería y magia. Con el paso del tiempo y durante la edad media, todo cambió y se comenzó a asumir que la brujería la practicaban en su mayoría las mujeres.
La influencia de las religiones a nivel mundial, y sobre todo el peso de las directrices de la iglesia Católica Cristiana, que se comienza a considerar a la manifestación de cualquier actividad de esta índole era en extremo cuestionable, y frecuentemente eran las personas del sexo femenino quienes tenían la voluntad de cumplir con este tipo de malsanos rituales.
Artes oscuras
Según Guy Bechtel un prestigioso historiador que ha realizado trabajos importantes sobre estos temas, nos dice que desde que existe la brujería, la hechicería y la magia han sido practicadas durante generaciones por ambos sexos de manera indistinta.
Cabe destacar que en la época antigua, el tener título de mago o hechicero era un orgullo y sinónimo de poder; desde sacerdotes, gobernantes y personajes poderosos decían dominar este tipo de arte.
Muchos personajes se volvieron influyentes, solo por augurar quien resultaría vencedor en una batalla o realizar rituales que aseguraran la victoria sobre los enemigos que se tuvieran para el momento; siempre fueron hombres los que ocupaban estos cargos.
Curiosidad por la Brujería
Por otro lado, la brujería era practicada comúnmente por personas que no eran tan influyentes o no tenían tantos recursos económicos; muchos comenzaron a formarse un concepto de que era una imitación barata de los poderes que los magos decían tener.
Al principio las personas buscaban a los que se dedicaban a la práctica de la brujería, para ahuyentar la mala suerte, saber si tenían enemigos, o para asegurar el recoger una buena cosecha. En el comienzo de estas artes solo se buscaba saber, proteger y ayudar. Pero con el paso del tiempo las cosas tomaron un rumbo insospechado.
Las brujas inicialmente se dedicaban a practicar la magia blanca, algunos lugares se hicieron muy famosos por tener grandes comunidades de personas practicantes, de hecho la gente comenzó a recurrir a sitios específicos de la antigua Roma, África, Atenas y Egipto donde podían conseguir, talismanes, hierbas, pociones mágicas las cuales prometían cosas maravillosas.
Fue solo cuando las religiones tomaron auge que retomaron el tema de comprobar si realmente existe la brujería, lo cual se convierte en el objetivo de la iglesia, pues lo establece como el mal que se debe erradicar a toda costa.
Se constituye entonces una guerra espiritual, en la que se debía castigar y separar a las almas que ya habían sido seducidas por este lado oscuro de la hechicería. El paganismo, fue en lo que los jerarcas de la iglesia se apoyaron para clasificar a los que no encajaban en el perfil religioso del Cristianismo o el Judaísmo. Encuentra más información en el interesante artículo ¿Qué pasa cuando morimos?
La palabra Bruja
La palabra bruja se ha utilizado desde tiempos muy antiguos, algunos historiadores indican que esta data desde finales del siglo XIII. Algunas voces de esta palabra son en Portugués y Gallego ‘Bruxa‘ y en el Catalán ‘Bruixa‘.
En el Aragonés se le denomina ‘Broxa‘, en el país Vasco y en Navarra se usó por mucho tiempo el término ‘Sorgin‘, con lo cual eran catalogadas las mujeres que fungían como ‘Chamanas‘, una figura indígena que existe en muchos lugares sobre la Tierra; se trata de mujeres que tenían conocimientos especiales.
Las chamanas eran sabias en algunos aspectos esenciales de la vida diaria, como por ejemplo sabían los secretos de la concepción y procreación, también podían atender partos y recibir los niños cuando llegaban al mundo.
Otro de los campos en los cuales tenían conocimientos ancestrales es en el de las plantas y sus usos medicinales, para curar enfermedades y prevenir dolencias, se desempeñaban en el papel de poderosas curanderas.
Debido a que tenían conexión con el mundo de los antepasados, espíritus y entes superiores podían aconsejar y realizar predicciones pues se les consultaba como oráculos para preguntar temas en específico y también tenían la potestad de realizar ofrendas, pues tenían muy arraigado el concepto de que la brujería existe.
¿Existe la Brujería? Diferencias entre Brujas y hechiceras
El antropólogo e historiador Julio Caro indica que es necesario establecer las diferencias entre los términos ‘Bruja’ y ‘Hechicera’; para poder afirmar que la brujería si existe; según lo que nos expone la historia las brujas han desarrollado su actividad casi siempre de manera clandestina y en un ambiente mayormente rural.
Son estas mujeres las que a pesar de tener bajo perfil, y realizar sus prácticas lo más alejadas posible de las críticas de los demás, resultaron ser las más perjudicadas pues fueron las grandes víctimas de la cacería de brujas que se desató entre los años 1450 y 1750.
Por otro lado, las hechiceras, las cuales tenían un puesto a nivel cultural de más larga data que las brujas, son personajes que se establecen como netamente urbanos. Es el tipo de persona que tiene un lugar especial donde encuentra todo a disposición para realizar consultas y disponer de los materiales para sus elaborados rituales.
La relación que existe entre la hechicería y la brujería se basa en el poder que emana de lo oculto y lo maligno con la parte demoníaca, llegando a ser considerados como las dos caras de la misma moneda.
Las actividades de hechicería son tan antiguas y comunes entre los pueblos del mundo que tuviesen esas personas que podían manejar estos conocimientos no tradicionales para realizar ceremonias ritualistas, con intenciones variadas.
Oscuridad y Maldad
El mundo de los poderes misteriosos tiene un lado bastante oscuro y peligroso, pues a través de la historia se insiste en que algunas veces las prácticas esotéricas, ritualistas, de culto a deidades y de petición de favores pueden dar como resultado algo nefasto y totalmente contraproducente para quienes participan en ellos.
Las hechiceras invocan y tiene la capacidad de acceder al poder maligno para realizar sus oscuros conjuros, siempre como parte de un trato previo en el cual se ofrecen servicios a cambio de favores. Regularmente se dice que las brujas han hecho un pacto con satán, en el cual renuncian a obedecer a cualquier otra doctrina de fe que no sea la demoníaca.
Es en estos casos en los que podemos pensar en que es poco probable la existencia de la brujería; no obstante algunas personas llegan a casos extremos como el de asegurar que la fuente de su poder oculto no es una ceremonia de invocación o rituales mágicos para conseguir beneficios, sino que es adquirido a través de un pacto irrevocable y explícito.
En este caso, la vida de la persona gira en torno a la adoración personal y voluntaria por parte de la bruja a las deidades oscuras; lo cual la convierte en una hereje, lo cual quiere decir que está en contra de los valores dogmáticos de la fe.
Otro de los términos que se utilizan para referirse a las personas en este caso es el de apóstata, lo cual quiere decir que se ha renunciado por voluntad propia a la religión, y a sus preceptos, conceptos y fórmulas que esta dispone para la guía de la existencia de sus adeptos.
El mal como única opción
El poder de las brujas es considerado de origen diabólico, adquirido por negociaciones directas, individuales y en perfecta consciencia de lo que se está haciendo, la mayoría de las veces este tipo de reuniones se realizaban a escondidas, a oscuras, en lugares distantes y sitios propicios para un aquelarre (reunión de brujas).
El paso de la concepción de una sociable y sabia hechicera en una mujer malvada, irreverente y satanista, se dio en las regiones de Europa de la Edad Media.
Podría decirse que a través del paso de los años, las diferencias entre la brujería y la hechicería han cambiado un poco, y desde el punto de vista en el cual se enfoque; muchos coinciden en que las hechiceras no hacen pacto con el diablo, ellas utilizan medios para invocar entidades que las ayudan a través de hechizos preconcebidos a conseguir sus propósitos.
Las brujas, por su parte utilizan hierbas, las cuales pueden actuar como sedantes, alucinógenos o con fines excitatorios para conseguir sugestionar a sus víctimas.
Son muchos los métodos que se utilizan para lograr la manipulación de una persona, pues a la larga los clientes que contratan los servicios de una bruja terminan siendo engañados por ella, pues les hace creer y esperar algo que probablemente no sucederá jamás.
Cambios a través de los años
Algunos autores y estudiosos de esta materia aseguran que se pueden presentar dos tipos de brujería, la antigua, que aún en nuestros días persiste como parte innegable de lo arraigado de las artes oscuras en nuestra cultura, la cual consiste en mágicas pociones de amor y oportunas consultas al oráculo.
La más reciente, es la de concepción demoníaca, vinculada a las reuniones de aquelarre, con danzas hipnóticas que le señalaban al maligno la disposición que se tenía para entregarle el cuerpo y el alma, en un cruda ceremonia de invocación.
Con frecuencia se encuentran en la mayoría de los idiomas palabras distintas para denominar cada una de las dos practicantes de las artes oscuras, por ejemplo en el idioma inglés están las palabras ‘Sorcery‘ y ‘Witchcraft‘ las cuales significan hechicería y brujería respectivamente, en Portugués existe ‘Feitiçaria’ y ‘Bruxaria‘ y en Italiano ‘Fattucchieria y Stregoneria’.
Historia de la Brujería en el Mundo
Al estudiar la historia, las tradiciones y los acontecimientos de nuestro pasado, encontramos que los conceptos relacionados con la brujería y las actividades implicadas en artes oscuras y adivinatorias siempre estuvieron presentes.
Existen muchos momentos de la historia en que la ciencia, la religión y la brujería cruzaron sus caminos, de hecho algunos adelantos en materia de conocimiento científico eran tomados por la iglesia como un acto de herejía.
Los tiempos clásicos
Al remontarnos a las antiguas civilizaciones como la Griega y la Romana, encontramos que la creencia en un mundo sobrenatural estaba bastante extendida, no obstante existía una marcada diferencia entre las distintas prácticas que se realizaban.
Por ejemplo, existían los practicantes de la llamada magia benéfica, la cual constaba de rituales y actividades que se hacían abiertamente, a la luz pública y a pleno día.
Este tipo de acciones eran consideradas como necesarias, y la magia benéfica era común, se trataba de que existían personas influyentes, incluso funcionarios estadales que se dedicaban a dar los augurios sobre cualquier actividad que se quería realizar.
Aunque como suele suceder, en algunos lugares la magia negra o maléfica, era penada por la ley y se perseguía de manera implacable a sus practicantes, quienes generalmente eran mujeres hechiceras, las cuales debían esconder sus conocimientos sobre la magia.
Según algunos textos que nos traen la historia de estas mujeres a través del tiempo, ellas convencieron a muchos de que la brujería existe; bajo su sugestión común algunas personas daban su testimonio de que las brujas tenían la capacidad de transformarse a voluntad, en animales. Otros advertían haberlas visto volar durante las noches más oscuras.
Poco a poco en la antigüedad, esas leyendas sobre los poderes que poseían las adoradoras del diablo fue creciendo. Llegó a un punto que no se sabe donde terminaban las mentiras y comenzaba la verdad, para ellas esto resultó beneficioso, porque entre más confusión produjeran estas prácticas, obtenían más beneficios.
En la mitología
Las personas siempre han tenido curiosidad por estar seguros sobre la posibilidad de que, si existe la brujería, saber cómo protegerse ante cualquier bruja malintencionada que quiera manipular los hilos del destino.
Usualmente se creía que las brujas se reunían a la media noche, para poner en práctica todos los conjuros, rituales y hacer pociones para utilizarlas cuando les resultara conveniente y necesario.
La magia de sus hechizos les proporcionaban provecho indistintamente de la situación, ya que según los conocedores, podían manipular la voluntad de terceras personas.
Existe un aspecto que siempre ha estado presente en las presuntas reuniones y prácticas en general de este tipo de magia, el cual es el factor erótico. Se creía que preferían incluir en sus aquelarres desenfreno erótico para lograr un estado de éxtasis el cual era ofrecido a las deidades que invocaban.
Una de las creencias populares más extendidas por los pueblos y ciudades, era que las brujas podían manipular los 4 elementos a su antojo, así que la tierra, el agua, el fuego y el aire sufrirían cambios de dirección e intensidad solo si ellas pronunciaban un conjuro.
Lo cual podía traer como consecuencias accidentes horribles, pérdidas de cosechas, hogares arrasados y completamente destruidos, ahogamientos de personas de manera repentina, enfermedades extrañas o tempestades devastadoras.
Personajes conocidos
En estas reuniones nocturnas y secretas, llenas de lujuria, rituales y ceremonias dedicadas a las deidades, las brujas invocaban personajes que a través de la historia demostraron tener habilidades sobrenaturales y talentos únicos a las cuales consideraban como protectoras.
Generalmente las brujas se encomendaban a la protección de Diosas mitológicas tales como Hécate (Diosa de la mitología Griega), Selene (Diosa mitológica que personifica a la Luna), Diana (Diosa Romana Cazadora), entre otras muchas.
En cuanto a la literatura clásica, son varias las brujas reconocidas por sus poderes y habilidades mágicas, entre ellas están Circe y Madea, ambas tenían una capacidad asombrosa de preparar brebajes que luego de conjurarlos, eran una de las bebidas más peligrosas y poderosas que existían.
¿Existe la brujería? Circe y Madea
Circe es un personaje mitológico que tuvo su momento relevante en la ‘Odisea de Homero‘ y en ‘La Leyenda de Jason y los Argonautas‘, era hija del Dios Helios quien representaba en la literatura Griega al Sol.
Según la historia de la literatura griega, se describe a Circe como una mujer hermosísima, poderosa y muy peligrosa; ella tenía el control sobre todo lo que sucedía en la Isla de Eea, donde vivía y gobernaba con severidad.
Los enemigos de la diosa bruja corrían la peor de las suertes, pues si alguien osaba desafiarla, era convertido de inmediato en un animal, usualmente en un cerdo.
Su fuerte en las artes oscuras eran las pócimas, con las cuales podía conseguir lo que quisiera cuando ella así lo demandara. Sus habilidades en la preparación de los brebajes era extraordinaria, sabía cómo utilizar cada planta y raíz disponible en la naturaleza para cumplir sus propósitos.
Madea por otro lado es una mujer extraordinaria, poderosa y muy sabia. Era una princesa, hija del Rey de la Cólquide; ella aprendió las artes de la magia y la brujería desde muy pequeña, ya que su tía era la poderosa Cirse.
Por un embrujo de Eros, quedó enamorada de Jason, el aventurero y caza fortunas, que le promete amarla y serle fiel para siempre, lo cual nunca cumplió. En vez de eso, la lleva a vivir a Yolco, donde se instala en el palacio, pero por disputas familiares, los sacan de allí rápidamente.
Jasón la deja para casarse con la hija de Rey de Corinto, lo cual la enfurece tanto que decide en un acto de ira, matar a sus propios hijos con tal de hacer sufrir a su infiel esposo.
Ejemplos a Seguir
Madea y Circe son parte de la historia de la magia, con ellas las practicantes de estas artes se apoyan para creer que en verdad existe la brujería; si bien es cierto que son personajes parte de las leyendas de la mitología antigua, les dan a las brujas la idea de lo poderosas que pueden llegar a ser.
Madea se presenta como la protegida, aprendiz y adoradora de Hecate, quien fundamentalmente era la el modelo a seguir en el camino de la hechicería de la cultura Griega y Romana, hermosas, inteligentes y poderosas, tenían el mundo a sus pies; la magia en estos casos estaba siempre unida a lo erótico y sensual.
En muchas obras literarias de reconocidos autores como Teócrito, Horacio, Ovidio, Apuleyo y Petronio, entre muchos otros, la figura de una mujer hermosa que posee poderes sobrenaturales es atractiva y frecuente, esto se une a la curiosidad natural de las personas por las cosas sobrenaturales, y por saber si la brujería existe.
La brujería en el Antiguo Testamento
El Antiguo Testamento es la primera parte de la Biblia, es básicamente un compendio de libros históricos y de tipo profético. En este importante libro que es una de las bases de la religión Cristiana, no menciona en ningún lugar un término para referirse a las brujas.
En la parte que corresponde al libro del Éxodo, el cual describe el sufrimiento del pueblo de Dios por ser esclavos de los Egipcios, y su liberación a través de Moisés, indica de manera contundente la prohibición de cualquiera de las artes que se relacionen con la magia.
De manera específica en el libro se expone que las prácticas de invocar espíritus y construir imágenes para adorar deidades, estaban prohibidas, además de que eran actividades contrarias a las leyes de Dios y la pena por realizar dichos actos era el sufrimiento eterno.
Condena y muerte
Las fórmulas mágicas obtenidas por diversas índoles tales como el estudio de artes oscuras, el conocimiento empírico y la supuesta existencia de poderes sobrenaturales eran motivo de escarnio público y pena de muerte. Encuentra más información sobre el tema de la muerte en nuestro artículo La Muerte
Estos oficios que se utilizan con fines codiciosos o para obtener beneficios de cualquier tipo ejerciendo influencia sobre personas ingenuas, aseguraban una eternidad de sufrimiento, pena y dolor en el averno sin posibilidad de salvación.
No obstante, de esta exposición donde se expresa que la religión está totalmente en contra de este tipo de práctica malsana, no deja claro el papel desempeñado por los oráculos y su arte de adivinar el futuro posible.
Esto se debe a que ser partícipe de este tipo de hechos no era considerado como algo que podría influir de manera negativa en las personas para que se manifieste lo que por destino les corresponde vivir, sin tratar de hacer nada para evitar o cambiarlo.
En resumen, las hechiceras y brujas que se mencionan en algunos de los pasajes de la Biblia no son satanistas, ni adoradores condenados por entregar su alma al maligno; ellos son representados como hombres y mujeres que han adquirido conocimiento a tal grado que pueden consultar con los oráculos y prevenir sobre acontecimientos futuros.
El libro sagrado de la Torah, es el que contiene todo el conocimiento y la guía religiosa del pueblo Judío, en este libro se exponen las creencias ideológicas sobre Dios y sus preceptos, lo cual es el fundamento y la base del Judaísmo.
En este libro se enfatiza categóricamente, que la brujería y la hechicería en todas sus formas debe castigarse con la pena de muerte. Cabe destacar que al igual de como se nota en las regiones de Grecia y Roma clásicas, los actos de brujería siempre son realizados por mujeres. Descubre más sobre temas de misterio en nuestro artículo Lugares Misteriosos del Mundo
Bruja de Endor
De citas extraídas del Libro Sagrado se puede observar que la principal actividad de las hechiceras en esta época era la de la Necromancia, la cual es una perturbadora actividad en la que se procede a realizar vaticinios haciendo un análisis de las vísceras de los muertos, y de la invocación de sus espíritus.
En el primer Libro de Samuel (1 Samuel 28:1-25) nos cuentan la historia de un extraño encuentro de la Bruja de Endor, quien era una poderosa Médium o sea una persona que tiene facultades sobrenaturales para comunicarse con los muertos.
Esta enigmática mujer es expuesta como un ejemplo de que si existe la brujería, ya que invoca por petición del Rey Saúl el espíritu del profeta Samuel antes de una gran batalla contra los Filisteos.
¿Existe la brujería en la Edad Media?
La religión Cristiana se fundamenta en preceptos, testimonios de fe y guías espirituales emanadas de reconocidos personajes, conocidos como los Padres de la Iglesia, un conjunto de Teólogos y sabios estudiosos de las doctrinas eclesiásticas, que se encargaron de documentar y crear un compendio de doctrinas que se consideran como la base de la Religión.
Estos teólogos, sacerdotes y obispos en su mayoría, los cuales desde el Siglo I hasta el Siglo VIII se dedicaron a documentar los testimonios de fe que son corroborados por las Sagradas Escrituras.
Los Padres de la Iglesia mostraron cierto escepticismo sobre la realidad de si existe la brujería, pues creían que esto se trataba sólo de leyendas inventadas con el fin de entretener o asustar, y que no tenían ningún fundamento.
Acciones prohibidas por la ley
San Agustín fue uno de los Padres de la Iglesia, luego de ser nombrado Obispo de Hipona, al Sur de África, fue el líder de una cruzada cuyo fin era el de erradicar las herejías y las actividades que se relacionaran con la brujería, la invocación de espíritus y cualquier acto adivinatorio que promoviera ritos de hechicería.
El Obispo, doctor y Padre de la Iglesia, puso énfasis en que era imposible que las brujas tuvieran capacidad de metamorfosis, tantos rumores, mitos y leyendas sobre los supuestos poderes que tenían los brujos y hechiceros lo llevaron a formularse una teoría: ‘Los delirios sobre los poderes de los brujos son creados por el diablo’.
Sin embargo con el paso de los años entra en uso el llamado Código Teodosiano, el cual es básicamente la compilación de las leyes del Derecho Romano que estaban vigentes y constituían una base legal de carácter oficial, en las cuales se apoyaba el Gobernador para legislar el estado.
En estas directrices que expone el Código Teodosiano, se promulga una Ley controversial en la que se prohíbe el ejercicio de la magia y la hechicería en todas sus formas.
Casi un Siglo después, el segundo Código de Justiniano que es una compilación de las Leyes de la Constitución Imperial promulgadas por Justiniano un antiguo Emperador defensor de la grandeza del Imperio Romano, se declara ilegal las prácticas de brujería.
En esta oportunidad en el código se prohíbe consultar a los astrólogos, hechiceros y oráculos por ser parte de actos depravados que estaban en contra de la naturaleza humana y alejan al hombre de la gracia de Dios.
Pecado Mortal
Para el año 306, el Concilio de Ancira promulga leyes que indican que asesinar a una persona a través de un conjuro constituye un pecado mortal imperdonable y es obra directa del demonio.
En el año 360 el Concilio de Laodicea solicita de manera formal, la acción de excomulgar a toda aquella persona que practique la brujería, la hechicería, la astrología o cualquiera de las formas en las que se pueden representar las artes oscuras.
En la Alta Edad Media, período que desde el comienzo del siglo V y termina entre los siglos IX y X, cada vez son más frecuentes los testimonios de los sacerdotes y clérigos en general que indican y denuncian la existencia de viejas creencias sobre poderosas mujeres brujas.
Estos testimonios eran considerados como cultos a lo pagano, y era castigado severamente. En esta época se volvió cotidiano hablar de hechizos mágicos, pócimas de amor, de escuchar a las mujeres ancianas que alegaban hacer maravillosos e increíbles viajes volando a voluntad, personas que decían tener encantamientos y de los invocadores de demonios con fines oscuros.
Luego de esto, en el Siglo VIII la posición de la Iglesia sobre la brujería se torna más intensa, acentúa la vigilancia sobre los practicantes de ritos, y mira con preocupación lo común que se ha vuelto la consulta de los oráculos, aún entre los propios clérigos.
Cambio de posición
Se difunden Textos Herméticos, los cuales consisten en tradiciones filosóficas y religiosas compilados por Hermes Trimegisto, en donde se expone la naturaleza doctrinal de la religión.
En estos textos se indica que en la opinión de los clérigos eruditos, existían algunos pseudo Cristianos que se dejaban poseer por espíritus oscuros a voluntad, comienza a tomar forma la idea de que en realidad existe la brujería.
Con esta nueva concepción de la brujería, se pasa de la tolerancia a leyendas y mitos difundidos de una persona a otra, con características de una simple superstición, a una posición defensiva, que debía hacer frente a las ilusiones demoníacas.
Para comenzar a poner orden, se debe limpiar todo vestigio de maldad, toda pensamiento y acción que lleve a cabo una perversión pecaminosa de este tipo se debe arrancar de raíz, tanto en la persona como en la influencia que esta tiene sobre otras personas.
Culpa de la oscuridad
Esto se convertirá en un objetivo primordial de estos días para la religión y para la historia de la humanidad; ahora las autoridades de la iglesia comienzan a tener la perspectiva de que las personas que practicaban la brujería, buscan establecer pactos con el diablo para obtener beneficios extraordinarios.
En este momento se establece la necesidad de clasificar las prácticas demoníacas, determinar las implicaciones de estas y conocer a quienes además de conocer y realizar este tipo de actos, llevan a otras personas a dejar el camino de Dios y iniciarlos en el transitar por las sendas de la oscuridad.
A partir de ahora se hace cada vez más fuerte la creencia de que los brujos y hechiceros son un puente para las influencias malignas del propio diablo en la vida de las personas, quienes ingenuamente caen en sus artimañas perdiendo así su alma inmortal. Descubre más sobre este interesante tema en el siguiente artículo Inmortalidad
Esta idea es cada vez más fuerte, más real y más evidente; desde la perspectiva de la iglesia, se había encontrado la razón de todas las malas obras de las personas sobre la Tierra; habían encontrado la excusa perfecta para englobar todas las perversidades que ocurrían.
Crimen atroz
Ahora simplemente debían culpar a que la brujería existe y su influencia sobre las acciones de las personas, que según las autoridades religiosas de este momento, estaban sin voluntad propia, subyugados a los designios del demonio.
La ‘preocupación’ por parte de la iglesia debido al auge de la brujería es canalizada y llevada hasta los más altos rangos de los representantes de la misma.
A la Santa Sede llega la intención de los obispos y teólogos de hacer una consulta general para determinar las acciones a seguir, debido a que todos están convencidos de que existe la brujería.
El Papa asiste a distintas reuniones con todos los interesados, además de escuchar la opinión de los expertos, los resultados de esta gestiones quedan plasmados en la bula (documento religioso), en el cual se estipula que la brujería es un problema tan grande como la herejía.
Se consideran las prácticas de origen oscuro y maligno un gran peligro para toda la raza humana, pues este tipo de devociones por medio de rituales impulsan a la rebelión contra lo bueno que proviene de Dios.
Debido a esto se convierte al igual que la herejía en un crimen en contra de la naturaleza humana y divina. Lo cual justificará los procedimientos que se empleen para erradicarla, aún los más duros, puesto que la amenaza lo amerita.
Comienza el miedo
Las autoridades de la iglesia, sobre todo los de más alto nivel, comienzan a creer que en realidad se está difundiendo en el mundo un fenómeno que indica que en verdad existe la brujería, y que no se trata de supersticiones, ni de cuentos de terror, se trata de algo tangible, que se puede perseguir y atrapar.
En la época de Santo Tomás de Aquino, uno de los sabios teólogos más influyentes de la iglesia, surgieron de la propia inspiración divina pensamientos y conceptos que le dieron forma a muchos de los conceptos que maneja la iglesia con respecto a los entes demoníacos.
Por ejemplo, Santo Tomás de Aquino desarrolla la teoría que habla de los demonios ‘Incubus‘ y ‘Súcubos‘; ambos son criaturas infernales que buscan víctimas humanas vulnerables, inocentes y dispuestas a aceptar tratos a cambio de favores.
Este tipo de demonio se presenta por las noches para consumar actos carnales pervertidos, en muchos casos con el consentimiento de la persona, cuando se trata de los hombres son visitados por los súcubos y las mujeres por los incubus.
Teorías de Horror
Las teorías que apoyan la existencia de seres demoníacos que pueden materializarse en este plano para sostener relaciones con humanos, es de por sí, inquietante, horrorosa y difícil de asimilar.
Esto infundió el miedo en la mayoría de las personas, aunque en otras solo despertó la curiosidad por lo oculto, malvado y pecaminoso. Encuentra más información sobre temas de misterio en nuestro artículo Terror
También logró precisar que la maldad estaba presente, de manera latente y que sin nos enteráramos, podía ocurrir en cualquier parte, inclusive nuestros vecinos y amigos podían estar incurriendo en estas prácticas anti natura y no lo sabríamos.
Otro erudito muy influyente, llamado Alfonso el Sabio, alguien que por increíble que parezca era muy aficionado a la hechicería y a la adivinación por medio de oráculos, es quien coloca bajo la jurisdicción de real a las prácticas de brujería; pues según el no debían estar bajo la autoridad eclesiástica porque no son consideradas herejías.
Manual para inquisidores
El Manual para Inquisidores es una obra oscura y meticulosa, de hecho es el escrito más reconocido de Nicholas Eymeric, este libro es relevante porque en él se describen los conceptos básicos sobre la brujería y es una de las obras que cambiaría la historia de la humanidad para siempre, pues expone los perversos métodos para descubrir cuando una persona era practicante de brujería.
El autor se apoya en numerosos textos que fueron confiscados a supuestos brujos durante los años, en ellos están de manera detallada el paso a paso de los ritos y ceremonias en las cuales se realizaban invocaciones y se hacían actos que desafiaban el razonamiento humano.
El Directorium Inquisitorum es un libro que hace descripciones sobre las prácticas mágicas, lo cual se trataba como información clasificada y no debía ser divulgada por la naturaleza de su contenido, algunas de las prácticas que se reseñan como realizar invocaciones, matar animales para realizar conjuros y pócimas entre muchas otras cosas más.
Este libro es importante en la historia pues puso en claro que existe la brujería, y que se debía conocer a fondo sus métodos y técnicas para combatir el mal desde su propio terreno. Esto le dio a la brujería un flagelo muy similar a la herejía.
Esta idea ya tenía tiempo gestándose entre los líderes de la iglesia quienes pensaron que era buena idea dar poderes especiales a los inquisidores. Hacia el año 1320 lo común era que las personas que se convertían en inquisidores se guiarán específicamente por los manuales en la búsqueda de adeptos a la brujería.
Distintas formas de brujería
El teólogo y escritor de libro Directorium Inquisitorum, expone su punto de vista, en el insiste en que se debe establecer una separación entre tres vertientes de la brujería, cada una con sus características y ritos específicos a los que se debía tener en cuenta para lograr enfrentar las fuerzas del mal debidamente.
En primer lugar tenemos a la brujería herética, lo que básicamente se trata de recurrir constantemente a la latría, con esta palabra se designa a la adoración y devoción directa y concreta al Dios creador. En el caso de los brujos heréticos dedicaban este tipo de expresión de veneración divina a las fuerzas oscuras.
Esta forma de brujería se incluyen actividades como la realización de sacrificios, con oraciones nefastas y ofrendas que consistían en encender velas de colores oscuros e inciensos con atados de hierbas consideradas como ofrendas.
Otra de las divisiones realizadas por Aymerich es la que corresponde a los herejes que usualmente ofrecían dulía (veneración). En esta parte los adoradores de lo profano dedicaban su tiempo a mencionar en oraciones repetitivas los nombres de los demonios en sus letanías.
En estas repeticiones hipnóticas se mezclaban los nombres de los Ángeles con nombres de los representantes del mal; lo cual se hacía con el objetivo de obtener favores a cambio de la veneración, pues supuestamente esto les da poder a las fuerzas demoníacas, proporcionándoles acceso al mundo terrenal.
Todos son herejes
En la tercera categoría están los que acuden a rituales satánicos para donde se busca la ayuda de las fuerzas oscuras para lograr una acción en específico, como por ejemplo el tener visiones del futuro.
Según el Libro de los Inquisidores, el Papa Inocencio V indica que en todos los casos, una persona que invoque un demonio para recibir un favor, lo debe pagar dando algo a cambio, en obligatorio establecer un pacto.
Lo cual se relaciona en el Libro con el hecho de que si lo expuesto en el párrafo anterior es cierto, entonces todos los que reciben algún tipo de favor demoníaco caían en la categoría de herejes, lo cual era imperdonable, un pecado mortal del cual no se tenía absolución.
Esto indica que una persona dedicada a cualquier aspecto de la hechicería como por ejemplo los adivinos, mediums y cualquiera que tuviese contacto con algún tipo de actividades de esta índole entraba a la clasificación como un hereje.
Los interrogatorios
Además de describir detalladamente las prácticas comunes de la magia, en libro expone todo un compendio de formas par extraer información de las personas que están bajo la sospecha de practicar la brujería.
En el libro se incluyen formas insólitas, crueles e inhumanas de extraer dichas confesiones, las cuales van desde manipulación psicológica hasta actos salvajes de tortura, todo para lograr la prueba de que existe la brujería.
Una de las advertencias que se puede observar a lo largo del libro es la de «Quaestiones sunt fallaces et inefficaces» lo cual quiere decir «Los interrogatorios suelen ser engañosos e ineficaces», lo cual le da el poder al inquisidor de buscar la manera de probar que maneja un caso donde verdaderamente la brujería existe.
También deja abierta la posibilidad de que se puede realizar el interrogatorio las veces que sean necesarias para obtener, lo que a juicio del inquisidor sea una confesión real.
Aumentan los Procesos
En el Siglo XV la iglesia se ocupa en la ofensiva contra la brujería y la hechicería; lo cual se ve reflejado en el aumento de los procesos a personas sospechosas de ser practicantes de estas artes oscuras, se intensifican las visitas a los pueblos para verificar que no existiera ninguna persona con nexos demoníacos.
En toda Europa se acentúa la ‘cacería’ basada en acusaciones y denuncias de un ciudadano a otro. En esta época, la famosa Juana de Arco fue acusada y condenada por realizar actos que según la inquisición son claras señales de brujería.
Luego de el Papa Inocencio VIII reconoce en su bula ‘Summis desiderantis affectibus’ la existencia de la brujería; un par de años después dos religiosos oriundos de Alemania publican un libro que aumentó el creciente odio de la Iglesia a las personas que realizaban este tipo de prácticas, ya que en él se expone la brujería como un mal que cuanto antes se debe exterminar.
Es también en este Siglo XV que se presentan las primeras imágenes simbólicas que se refieren a que existe la brujería y se muestran representaciones del ‘Sabbat‘ , las cuales perduran aún hasta el día de hoy.
De manera significativa una de las primeras imágenes en difundirse es un símbolo que aparece en un tratado contra la herejía, en la que se denota la semejanza de la iconografía del ‘Cordero de Dios’ por el macho cabrío, para darle un giro hacia lo perverso y antinatural.
Primer caso
Los primeros casos no se hicieron esperar, inicialmente se procede a quemar la primera bruja en el año 1275 en la ciudad de Toulouse en el Sur de Francia, donde desde hacía muchos años a Iglesia había tenido férreas luchas por ser tierras donde tenía dominio la Doctrina Catarista, la cual era considerada como una secta herética.
Con este caso se inicia lo que sería un periodo vergonzosamente oscuro y salvajemente cruel de la Iglesia, donde muchas personas inocentes fueron torturadas y ejecutadas basando su culpabilidad en interrogatorios hechos luego de ser torturados.
En primera instancia el inquisidor llamado Hugo Baniol realiza el juicio y condena a una mujer que claramente tenía un desequilibrio mental, la cual alegaba que había procreado un hijo con el propio Satanás.
Este tipo de confesión está dentro del marco de leyes contenidas en el ‘Libro para Inquisidores‘, ya que los doctores y autoridades de la Iglesia lo habían estipulado con anterioridad, indicando que era posible que se pudiera dar un encuentro carnal entre u ser humano y una entidad demoníaca.
Continúa la persecución
Los casos fueron tratándose de manera esporádica, los casos aunque según se indican por relatos orales, siguieron produciéndose, no obstante su documentación resultó bastante ineficiente.
Las próximas ejecuciones se producen en el año 1360, en los países de Suiza y Croacia. Estos casos fueron tratados en su totalidad por la justicia civil, pues en esta época los representantes de la iglesia podían ejercer cargos gubernamentales y legislativos.
De hecho, de los 11 lugares pertenecientes al Sacro Imperio Romano Germánico donde la persecución, los juicios y las torturas propiciados por las acusaciones de brujería fueron más cruentos y sangrientos, eran territorios netamente católicos, donde sus autoridades eran miembros activos y de alta jerarquía en la Iglesia.
Los lugares donde estas matanzas injustificadas fueron más intensas y provocaron más muerte y miedo entre la población, fueron Colonia, Maguncia, Würtzburg, Bamberg, Tréveris, Eichstätt y Ellwangen, sitios donde lamentablemente se asesinó a mucha gente inocente en nombre de Dios.
Persecución Radical
A través de los años, la tolerancia de la Iglesia en cuanto a los temas relacionados con la brujería se volvió más radical, esto se pone de manifiesto en las acciones que se comienzan a realizar con la excusa de que existe la brujería.
En las poblaciones donde se notó toda la ferocidad de los ataques por parte de la Iglesia hacia las personas que supuestamente practicaban la brujería fue cuando los inquisidores comenzaron a perseguir las herejías Cátara y Valdense.
En estos casos, se sentía en el ambiente la presencia del miedo, en dos sociedades diferentes que concedían crédito a los poderes oscuros; para poder enfrentarlas adecuadamente, fue creada en el Siglo XIII la Inquisición Pontificia.
Momento en el cual comienzan a aparecer en los procesos las acusaciones contra personas que tenían pactos directos con satán, lo cual fue uno de los elementos determinantes para enjuiciar a la brujería moderna.
El único de los eruditos de la Iglesia que se mostró con una posición abiertamente en contra en cuanto a cómo se estaba manejando la situación de la brujería fue el Cardenal y científico Nicolás de Cusa, quien defendía que era imposible el declarar que existe la brujería, y que era imposible que un ser humano pudiera transformarse en animales o volar.
¿La Brujería existe en la Edad Moderna?
En esta época un acontecimiento relevante fue la Reforma Protestante, la cual consistía en presentar a la Iglesia Católica una serie de diferencias en cuanto a los criterios que se aplicaban para resolver ciertos asuntos, por lo cual pedían una separación que dio origen al Protestantismo.
La Reforma
Esta nueva corriente religiosa es liderada por Martín Lutero en el Siglo XVI, y surge a raíz de desacuerdos y rebelión en contra de la Iglesia Católica, la actitud de algunos de sus líderes y la consideración de que muchas de sus doctrinas no tenían fundamento real.
Los Protestantes tienen algunas creencias novedosas como la de que la salvación no depende de las obras que se realicen durante la vida sino de la verdadera y poderosa fe en el único y poderoso, Dios.
La Biblia era tomada como el fundamento de la religión protestante fundada por Lutero, en ella está el fundamento del origen de todo lo creado; el protestantismo tiene solo dos Sacramentos de fe el Bautismo y la Eucaristía.
Con la Reforma Protestante no se suscitó ningún cambio en la situación en cuanto a la persecución y enjuiciamiento a las brujas, la razón de esto es que Martín Lutero era partidario de estos juicios pues los veía como un servicio para toda la humanidad y la eliminación de la maldad en el mundo.
Aunque Lutero estaba de acuerdo con la realización de los juicios, no estuvo de acuerdo con la quema en las hogueras de las supuestas brujas, de hecho uno de los responsables de este horrible método de ejecución fue Juan Calvino.
Calvino fue un teólogo Francés que contribuyó con la creación de la Reforma Protestante; las doctrinas de este hombre son tan influyentes que se le transformaron en todo un movimiento llamado el ‘Calvinismo‘.
Detractores del Proceso
Con el correr de los años las acusaciones se fueron acrecentando, ya cualquier persona podía ser acusada de brujería, luego de eso era muy difícil que las cosas volvieran a ser como antes, pues la razón de los juicios era la de que el acusado admitiera públicamente su incursión en la brujería, no se trataba de comprobar si era culpable o no.
De las primeras personas que alzaron su voz en contra de esta injusticia fue el médico protestante Johann Weyer, quien declaró que la mayoría de las acusadas por hechicería eran mujeres, ancianas que según su conocimiento sufrían de melancolía.
En contra de todo lo que representaba la inquisición en la sociedad y dentro de la Iglesia Católica, se sumaron las críticas de Johann Jacob Wecker, Herman Witekind y Johannes Ewich, los cuales declararon abiertamente la injusticia presente en los enjuiciamientos y las condenas.
En la Iglesia Católica dos figuras influyentes se lograron destacar en la lucha que se libró por detener aquella barbarie que había tomado demasiadas vidas inocentes. Ellos son Alonso Salazar y Frías y el Jesuita Alemán Friedrich Spee.
Cese de las hogueras
En 1960 se llevó a cabo un juicio de presuntas brujas, el cual se constituye como un capítulo relevante en la historia de la inquisición española, llamado el ‘Juicio a las brujas de Zugarramurdi‘, donde Alonso Salazar y Frías tuvo un papel principal, ya que fue la primera vez que en uno de estos juicios uno de los inquisidores se pone del lado de las acusadas.
A pesar de que sus colegas inquisidores estaban convencidos de la culpabilidad de las mujeres, en su informe y declaración posterior indica que:
«No se manifiestan indicios de brujos ni de personas bajo hechizos demoníacos, hasta que se comenzó a indagar sobre ellos»
Esta investigación con su declaración contribuyó con que al fin se cerrara el capítulo del envío de mujeres inocentes a la hoguera, pues inició el proceso para la abolición de la quema de brujas en todo el Imperio Español.
La Guerra de los 30 años
Un suceso que enmarca toda una era de dolor, sufrimiento e injusticia, fue la Guerra de los Treinta Años, la cual fue un episodio oscuro del continente Europeo, ya que en este enfrentamiento cruel y sanguinario, participaron la mayoría de los países del continente.
Luego de que oficialmente termina este conflicto bélico, le siguen las consecuencias horribles, como en toda guerra, los sobrevivientes deben enfrentar las secuelas que usualmente traen consigo hambre, miseria, saqueos y grandes matanzas, inclusive la desesperación entre la población llegó a un punto en el que se vivieron episodios de canibalismo.
En esta época, los Reyes Católicos no olvidan que existe la brujería, y se dedicaron a reconquistar los territorios que consideraban perdidos ante los partidarios de Lutero. Para esto llevaron realizaron juicios masivos en nombre de Dios y de cumplir con una limpieza Divina, sacrificando inocentes.
En estos juicios, las personas acusadas de practicar la brujería tarde o temprano se confesaban culpables, vencidas obviamente por la tortura continuada.
Esto sucedió en la ciudad de Wurzburg en Alemania, donde fueron enjuiciadas y ejecutadas un número significativo de hombres, mujeres y niños, a manera de recordatorio para el mundo de que existe la brujería.
¿Existe la brujería? La cacería continúa
Durante los Siglos XVI y XVII fue una etapa llena de terror, persecuciones y muerte. Los testimonios y acusaciones para que atraparan supuestas brujas eran abundantes, muchas personas encontraron la manera de librarse de sus enemigos, solo bastaba acusarlos de brujos.
En estos días la cacería de brujas estaba en auge, especialmente en la parte central de Europa y en las Islas Británicas. El número de personas quemadas en hogueras que supuestamente purificaban la tierra de su maldad, era alto.
Entre los años 1560 y 1670, fueron quemadas vivas unas 3229 personas, en los años 1590 y 1680 en tierra Escocesas el número de ejecutados llegó a ser de 4400; En Lorena más de 2000 personas fueron ejecutadas entre los años 1576 y 1606.
El historiador Español Ricardo García indica que la posible razón de la incidencia tan alta de ejecuciones en estas regiones en específico, se debe a estos lugares fueron el terreno de las guerras de poder entre las religiones lideradas por los Católicos y los Protestantes.
En muchos de estos lugares, generalmente se habían librado batallas políticas y sociales, a causa principalmente de la Reforma, las consecuencias de estas luchas por el poder, generaron que se derramara la sangre de personas inocentes.
Malleus Maleficarum
Estas campañas de matanzas y muerte, tuvieron un fenómeno social impresionante, por ejemplo los libros que trataban sobre el tema del esoterismo, la hechicería, brujería y demonología comenzaron a proliferar, especialmente en Alemania.
De entre todos ellos, se destaca una obra llamada Malleus maleficarum, se trata de un tratado que se escribió cuando estaba en auge los juicios por brujería. Este libro expone argumentos sobre las persecuciones, torturas y ejecuciones que se llevaron a cabo en esta oscura época.
Este libro se publicó en Alemania en el año 1487, y tuvo innumerables versiones posteriores; llegó a difundirse por todo el continente Europeo, creando un impacto en los juicios contra la brujería, pues muchos inquisidores solían utilizarlo como material de apoyo para sus alegatos en los tribunales.
La notoriedad de esta obra se debe a que sirvió de fundamento y material de consulta para los más renombrados inquisidores y demonólogos, tales como el inquisidor italiano Bernardo Rategno da Como, el clérigo Jesuita Martín del Río y el Jurista Frances Jean Bodin.
Contenido del libro
El libro Malleus maleficarum está dividido en tres partes, la mayoría de los contenidos que se exponen en el libro no son de carácter original, ya que se trata de un compendio de creencias, rituales y prácticas que fueron recopiladas a través de los años, especialmente está basado en una obra anterior llamada Directorium Inquisitorum.
La primera parte se enfoca en probar que la brujería existe; en esta parte se detalla la manera en la que el maligno y su séquito de brujas y hechiceros, se divierten esparciendo maldad y perversidad en todo lo que pueden.
Un detalle curioso, es que en esta parte se deja entender la observación de que «Dios deja que se cometan estos actos, pues así el demonio no gana poder ilimitado, y logra ser capaz de destruir al mundo».
En la segunda parte el libro describe las formas para realizar los actos de brujería, por ejemplo, se explica la forma de cómo lanzar hechizos, para conocer la forma correcta de cómo revertirlos. También se enfatiza la manera en que el demonio engaña a sus incautos devotos para que participen en un ‘Pacto’.
La existencia de las brujas es fundamentada con este hecho, además en el libro se explica de manera explícita que todos los hechizos, pactos, los sacrificios ofrecidos y las relaciones carnales con demonios fueron obtenidos de las personas que eran torturadas para extraerles información en las largas horas de tortura antes de los juicios.
Detalles macabros
En la tercera parte del Directorium Inquisitorum más que nada se dedica a los métodos de detección, para lograr ubicar a las brujas para someterlas a los juicios inquisitoriales. En esta parte del libro habla acerca de la tortura, la cual es vista como un método natural para lograr que la persona confiese su culpa.
Los jueces y los encargados de arrancar la confesión a base de tortura, eran instruidos sobre el arte de obtener información utilizando estos sangrientos métodos, llegando incluso a mentir de manera convincente para prometer clemencia a cambio de una confesión.
Increíblemente, con respecto a si existe la brujería, este libro se expone que se deben dejar de lado las acusaciones maliciosas y descubrir solo las reales; aunque por otro lado dice que un rumor público es suficiente para justificar una detección, interrogatorio y posterior enjuiciamiento de un testigo.
Por último en este libro está la idea de que una defensa demasiado acertada o vigorosa de un acusado era signo de que esta persona era culpable y el demonio trataba de manipular el juicio, pero convenientemente los inquisidores y jueces estaban protegidos de los poderes de las brujas.
¿Existe la Brujería? Creencias Antiguas
Existen creencias muy arraigadas en la mente del colectivo, desde tiempos muy antiguos, se ha impuesto el estereotipo de la figura de bruja, como una mujer mayor, usualmente muy anciana, que vuela en una escoba vieja acompañada de un gato negro.
Siguiendo con esta idea, antiguamente se creía también que estas mujeres totalmente viejas, arrugadas y con grandes y desagradables verrugas y nariz prominente y en forma de gancho, participaban en reuniones clandestinas llamadas ‘aquelarres‘, a los cuales solo podían asistir otras viejas brujas de igual condición.
Estas descripciones también incluye al aquelarre como una reunión obligatoria en la que se debían realizar determinados ritos para mantener la posibilidad de seguir disfrutando de los favores y de la protección de los ‘Señores de la oscuridad‘; para esto los sacrificios humanos y toda clase de ritos sacrílegos se ofrecían como pago a los demonios.
Opiniones encontradas
A pesar de los avances de tipo científico y social que se vivieron en esta época, personajes reconocidos en estos campos de conocimiento como Francis Bacon, el padre del empirismo científico y Robert Boyle físico, químico y teólogo, tenían en común las creencias de brujas volando en escobas y cambiando a formas de animal a voluntad.
La locura por la cacería de todo lo impuro y profano llegó a tal punto que se llegó a proponer que los trabajadores de las minas fueran interrogados exhaustivamente para verificar si se habían topado con un demonio subterráneo.
Por otro lado algunos intelectuales sumaron esfuerzos para poder hacer frente a toda esta oleada de locura desatada, y tratar de encontrar una explicación racional a tan interesante fenómeno.
Surgieron algunos libros donde se hace un llamado a la razón y se invita a mirar las cosas desde el punto de vista de la prudencia, algunos autores como Ulrico Melitor, Johann Wier (médico y demonólogo Holandés) o el inglés Reginald Scott con su escrito ‘Discoverie of Witchcraft‘ del año 1584.
Según el antropólogo e historiador Julio Caro Baroja los escritos sobre las brujas que trataban de impulsar la vuelta de la cordura en la población, molestaron a más de una autoridad que se sintió amenazada por estos alegatos de vuelta a la sensatez.
Por ejemplo, el Rey Jacobo I consideró que este tipo de libros debían refutarse en público y prohibirse pues según el «lograban que la población malinterpretara la verdad sobre la realidad acerca de la brujería».
El Libro de Scott principalmente fue muy criticado pues exponía que los espíritus malignos solo podían hacer tratos con humanos en circunstancias totalmente excepcionales.
Disminuye la persecución
Con el surgimiento de la Ilustración un movimiento socio cultural que inspiró cambios profundos en toda Europa, comenzó a disminuir la obsesión por la brujería. En el Siglo XVIII se realizan las últimas persecuciones y condenas.
En Inglaterra y en Escocia los últimos juicios se realizaron en el año 1722, en Francia sucedió un poco más tarde en el año 1746, en Alemania ocurre en el año 1775, en España en 1781, en Suiza 1782 y en el país Polaco finalmente sucede durante el año 1793.
A pesar de el comienzo de la erradicación de la cacería de brujas en el continente Europeo, en Sudamérica sigue la creencia de que existe la brujería, por lo que la persecución y la muerte siguen reinando hasta el Siglo XIX.
Desarrollo del Concepto de Brujería
En la época en llegaba a su fin la Edad Media, la imagen de la bruja comienza poco a poco a cambiar, se inicia un periodo en que esta figura se perfila de manera diferente, aunque tiene su origen en la asociación de la brujería con el culto al diablo, como usualmente se ha creído.
Orígenes de la Brujería
Básicamente el origen del concepto de brujería se deriva de la combinación entre las tres vertientes que se derivan de las doctrinas teológicas de la Iglesia Católica y que sirvieron de fundamento para lograr afianzar la falsa creencia entre la población de que existe la brujería.
La demonología es una rama de la teología que estudia a los demonios, sus características, naturaleza y sus relaciones con la raza humana, la idolatría la cual se trata del conjunto de creencias y rituales para la adoración de Dioses falsos y la herejía que abarca todo lo que tiene naturaleza contraria a los dogmas de fe.
El primer caso documentado de una persona acusada, enjuiciada y ejecutada por practicar brujería y tener asociación con el diablo sucedió en Irlanda, en la población de Kilkenny, entre los años 1324 y 1325.
Para abarcar el concepto de brujería encontramos algunas variantes pero fundamentalmente se trata de los mismos aspectos y características que se consolidaron y perduraron en el tiempo, como fundamentos ideales de la vida y obra de los brujos.
De las actas que se levantaban en las acusaciones de los juicios, de las historias, mitos, leyendas y creencias antiguas del acervo cultural común de muchos de los pueblos de la época.
Las principales características que tenía una bruja según los teólogos, clérigos, investigadores e historiadores de la época eran las que brevemente explicaremos a continuación:
Capacidad de Volar
Según los testimonios y como resultado de los interrogatorios a personas que habían estado bajo la influencia de los demonios o que por alguna razón habían presenciado escenas Dantescas que tenían a las brujas como protagonistas, la capacidad de volar que estas mostraban era consistente con quien realizaba actos de hechicería.
Las brujas suelen volar en escobas, palos o ramas de árboles caídos, también sobre animales, usualmente galopaban en el aire sobre perros, gatos negros y lobos; las brujas también podían algunas veces remontar el vuelo sobre criaturas demoníacas.
Para lograr realizar todos estos increíbles vuelos, tenían que cumplir con ciertos requisitos, según el ritual que se realizara de manera específica y de acuerdo a lo que les exigiera el demonio a quien le rendían latría.
Algunas veces se realizaban rituales específicos en los cuales ungían sus cuerpos con sustancias variadas que pueden llegar a contener restos humanos, existen relatos en los que se menciona que la brujas consumían sangre de niños pequeños y elaboraban brebajes con ingredientes horribles y perturbadores.
Los Aquelarres
Las reuniones de las brujas en las que unían sus poderes de oración, sumisión y habilidades ritualistas para llamar a poderosos demonios, eran llamadas los ‘Aquelarres‘; fiestas macabras que eran una prueba fehaciente de que la brujería existe.
Estas reuniones de tipo clandestino, donde solo podían asistir las brujas que eran miembro de la hermandad o cofradía a la que pertenecían.
Los aquelarres tenían obligatoriedad, y las brujas en ellos mostraban ante sus hermanas lo poderosas que podían llegar a ser solo por adorar a los demonios más implacables y nefastos. También compartían técnicas, métodos y formas de hacer brujería sin ser descubiertas.
El Sabbat era una celebración de tipo obligatoria en la que se hacen rituales especiales, compartiendo en horas nocturnas con los demonios a los que debían idolatrar y rendir culto.
En el Sabbat de las brujas, la reunión es específicamente para rendir culto a Satanás como Supremo líder demoníaco, además de que el objetivo de estas reuniones algunas veces era el de glorificar y pagar los tributos de los favores conseguidos por medio de los demonios a los que se les rinde culto.
Generalmente en los casos de brujería o hechicería, las invocaciones y peticiones recibían su pronta respuesta por parte de los seres oscuros del averno, con quienes se podía pactar o hacer tratos en los cuales ambos debían entregar o que el otro quería a cambio de favores de diversa índole.
Criaturas insaciables
Los íncubos y súcubos son criaturas oscuras, malignas, impregnadas de la potestad de los demonios del averno, quienes les otorgaban la habilidad de atravesar al plano terrenal para tener contacto con personas, hombres y mujeres, los cuales les invocaban con la intención de cometer actos impuros.
La existencia de los íncubos y súcubos en la vida de las brujas era constante, pues estas horribles criaturas demoníacas, suelen visitar frecuentemente a las hechiceras por las noches en busca de encuentros carnales perversos y antinaturales.
En la mayoría de estos encuentros el demonio invocado terminaba por saciar sus sucios y pecaminosos instintos, y la persona que tenía que soportar un martirio tan cruel, que condenaba a su cuerpo y alma a pasar una eternidad en el infierno mismo, terminaba muriendo irremediablemente.
Magia negra
La magia negra es el tipo de acto más perverso al que se puede recurrir en el mundo de las artes oscuras, solo para manipular las fuerzas del mal y conseguir beneficios personales tales como obtener poder, riquezas, belleza, juventud o el amor incondicional de una persona especial.
Este tipo de actos monstruosos cumplen con un único objetivo, el cual es conseguir a toda costa lo que se quiere, algo que usualmente sería imposible de obtener por otros medios.
En los rituales de magia negra todos las técnicas y métodos que se emplean en los rituales, así como también las pócimas y los encantamientos que realizaba una bruja eran para causar daño, dolor o cualquier mal inimaginable a alguna persona.
Los rituales para realizar magia negra tenían como único objetivo lanzar maleficios en detrimento de la vida de la víctima, afectando su salud o para propiciar su muerte inminente.
Esta práctica incluía elaboradas ceremonias en las que solo importaba hacer daño a un semejante, ya fuera por envenenamiento, manipulación, sugestión o causar accidentes horribles en los cuales perdiera la vida.
Esta es el lado más oscuro del mundo de la hechicería, se trata de lo que por mucho tiempo se creyó era la prueba de que la brujería existe.
Edad Moderna
La idea de la brujería que predominó en esta época y que fue uno de los motivos que utilizó la Iglesia para justificar la serie de matanzas que se realizaron, a personas mayormente inocentes, es la idea de que las brujas estaban diseminando la mala semilla y colaboraban directamente con el maligno para expandir su reino de terror.
Es de allí que la mala reputación de las brujas fue en aumento, y de pronto se convirtieron en el detonante de todas las cosas malas que pueden existir en el mundo, pues manipulaban a las personas por medio de rituales y ceremonias para que fueran terreno fértil para el demonio.
Un detalle de la misoginia que se vivió en esta época, es que en la mayoría de los procesos, los implicados eran muy pocos hombres, pero muchísimas mujeres, de hecho siempre resultaban culpables de acusaciones horribles, actos demoníacos y ritos infernales.
No obstante al hombre se le dio un papel pequeño en todos estos actos, incluso cuando participaba era un simple colaborador, que había sido engañado o estaba bajo el encantamiento de alguna poderosa y malvada bruja.
Imagen de la mujer
La iglesia presentó la imagen de la mujer como un ser más vulnerable de cometer pecado, un ser que estaba mucho más alejado de Dios, de sus doctrinas y de sus preceptos.
Esta idea fue colocada poco a poco en la mente del colectivo, quien comenzó a pensar que las mujeres sucumbían ante su naturaleza impura y caían presas de los placeres que el demonio les ofrecía.
Los representantes de la Iglesia no realizaron por sí mismo las ejecuciones y las torturas crueles y sangrientas de las que fueron víctimas las personas a las que acusaron de brujería en esta época, pero fueron el motor impulsor para que esto sucediera.
Esto sucede por la manipulación que ejercieron varios de los líderes de la Iglesia, en la que la imagen de la mujer se veía cada vez más comprometida con el mal, era como si el solo hecho de vivir fuera una advertencia de que la brujería existe.
Esto encendió la mecha para que las personas comenzaran a acusarse entre sí, y avivó el sentimiento de odio y rechazo hacia la figura de las brujas, las cuales representaban a la mayoría de las mujeres del mundo.
Presencia del Mal
La Iglesia en muchos casos se dedicó a ubicar a las mujeres dentro de un marco de inferioridad, desde el punto de vista de algunos clérigos, las mujeres eran instrumentos del maligno para realizar actividades antinaturales y pervertidas, las cuales terminaban siempre en tragedia y dolor.
Esto se nota mayormente porque las autoridades de la iglesia tenían muchísima influencia y poder, además de que los poderes de justicia y religiosos, no estaban separados, y en algunos casos le daban tanta libertad a las autoridades religiosas que podían hacer cuanto se les ocurría.
La Iglesia no hizo nada para evitar el cruento desenlace de los juicios, o el sufrimiento de las personas que para dejar de sentir el dolor en interminables horas de tortura, decían confesiones, con descripciones fantasiosas de encuentros con demonios y poderes sobrenaturales infinitos.
En todo momento del juicio había representantes de la iglesia, pues estos asistían para darle validez legal a todo el proceso.
Recién en el año 1657 la Iglesia Católica condenó las persecuciones, y eliminó que se hiciera alguna ejecución aludiendo a razones de que existe la brujería, no obstante era tarde para miles de personas que terminaron muertas en la hoguera.
La polémica realidad ¿Existe la brujería?
La difusión por todo el continente Europeo de los conceptos que se manejaban en relación a la brujería, las características de las ceremonias y de los poderes que podían ser obtenidos vendiendo el alma a los demonios impuros, se realizó mediante una serie de obras que tenían información detallada de cada uno de estos aspectos.
Existen una serie de obras y tratados en los que se explican todas y cada una de los procedimientos y métodos para ejercer este tipo de prácticas.
Estos escritos, documentos y manuales, se enfocaban en informar la naturaleza maligna de realizar este tipo de actos, de los cuales lo único que se podía esperar con seguridad era el sufrimiento y la tortura eterna, además de perder definitivamente la Gracia de Dios.
Publicaciones de apoyo
Desde finales del Siglo XV hasta casi el final del Siglo XVII, tuvieron un auge este tipo de publicaciones, siendo uno de los más influyentes el titulado Malleus Maleficarum el cual fundamentalmente es un tratado lleno de doctrinas filosóficas que sirve de base para efectos inquisidores.
Este libro, cuya publicación data del año 1486, fue escrito por dos religiosos Dominicos, quienes fungieron como inquisidores durante largo tiempo, llamados Heinrich Kramer y Jacob Sprenger. Estos dos hombres quisieron a toda costa de convencer al mundo entero de que la brujería existe.
En este libro dejan muy en claro este aspecto, además de que se esmeran en explicar con lujo de detalles el cómo se supone que eran las señales en una persona cuando es practicante de la brujería.
Otro aspecto interesante de esta obra es que afirmaba que existe la brujería y que era pecado no creer en esta afirmación. A una persona se le podía imputar por el delito de Herejía en el caso de no creer en el potencial daño que los poderes demoníacos causaban a través de las brujas.
«Hairesis maxima est opera maleficarum non credere» Esta expresión quiere decir que es una herejía aún mayor, cuando una persona no cree en los actos de perversidad realizados por las brujas.
Recopilación de historias
El libro es un compendio de las experiencias vividas por estos dos religiosos durante su desempeño como inquisidores, su arduo y complicado trabajo para la iglesia, les dio la oportunidad de realizar una recopilación de todos los interrogatorios y los testimonios de los involucrados en un juicio por brujería.
Los inquisidores Kramer y Sprenger fueron enviados por la Iglesia a depurar el territorio de Alemán, dejando libre de hechiceras y brujas la parte centro y norte del país.
Durante los procesos estos religiosos se daban a la tarea de documentar cada una de las historias que les contaban, sin saber por supuesto, si eran ciertas o no.
Ellos lograron recopilar una enorme cantidad de estos relatos, y en el libro los colocan no como historias, o anécdotas, sino como hechos reales que demostraban que la brujería existe.
Algunos de las narraciones eran tan fantasiosas e increíbles que ningún ser humano en su sano juicio las creería, pero en los tiempos de inquisición este tipo de duda podía significar que se estaba en contra de las doctrinas de la iglesia.
Uno de los pasajes del libro describe hechos relevantes como que las brujas devoraban niños aún vivos, tenían relaciones sexuales placenteras con criaturas fuera de este mundo, se desplazaban volando de un lugar a otro, atacaban el ganado para beber su sangre y tenían el poder de manipular el clima.
Así como este libro trata estos aspectos sobre la brujería, muchos otras de las obras que se publicaron en esta época fueron poco a poco convirtiéndose en la base de la cacería de brujas, ya que los inquisidores los usaban de referencia y además influía en la manera de enjuiciar a los pobres condenados que no tienen derecho a defensa, solo podían admitir su culpabilidad.
Tiempos renacentistas
El renacimiento es una época en la que se produjeron cambios enmarcados en un movimiento cultural que fue un puente de transición entre la Edad Media y la Edad Moderna.
Marsilio Ficino es un reconocido filósofo renacentista que creía que los relatos y las descripciones de la literatura de los libros antes mencionados era fidedigna; así que se dedicó a defender y argumentar el porqué se debería dar cacería a las brujas.
En esta época también aparecieron férreos detractores, que hicieron frente a la inquisición, personajes influyentes como Pietro Pomponazzi y Gian Francesco Ponzinibio cada quien por su lado llevaron sus críticas y cuestionamientos a la rama inquisidora de la Iglesia a frenar sus persecuciones.
Ponznibio fue un profesional de la jurisprudencia y erudito del renacimiento que cuestionó duramente el Malleus Laleficarum, entre sus afirmaciones contundentes están las aseveraciones para impugnar la validez legal del libro.
Este experto en jurisprudencia se basa en un libro llamado el ‘Canon Episcopi‘ el cual es un documento medieval de naturaleza eclesiástica, que se trata de develar los secretos de la brujería. En este libro se niega de manera contundente e irrevocable la existencia de las brujas; y no solo eso sino niega la existencia de los supuestos poderes diabólicos que se le atribuyen.
Aparecen detractores
Esta obra es relevante, pues fundamenta públicamente que los relatos sobre las actividades de las brujas y hechiceras, son producto de la frágil imaginación de una persona que tiene miedo de ser perseguida, acusada y torturada por algo que ni siquiera existe.
Por su parte la Iglesia no se queda sin responder a estos ataques, y las críticas que hizo Ponzinibio son rechazadas de manera tajante por el inquisidor Bartolommeo de Spina, el cual a su vez le devuelve el ataque de forma certera al acusarlo formalmente de herejía.
Uno de los clérigos de la época el eclesiástico Samuele de Cassinis en su libro corto y conciso sobre la realidad de que existe la brujería, publica esta obra en Milán en el año 1505; el objetivo de toda la obra es la de negar que puedan existir actos de origen demoníaco que entreguen poderes sobrenaturales a una persona solo por hacer rituales con invocaciones y cánticos.
Los Inquisidores responden
Bartolommeo di Spina, el despiadado inquisidor demominico llamado Vicente Dodo y el teólogo Paolo Grillandi tenían la férrea convicción de que la brujería existe y que debían hacer todo lo posible por evitar que se propagara, como si fuera una enfermedad que contagiaría a todos a su paso.
Ellos basan su línea de defensa de la inquisición en un libro que es básicamente un compendio de descripciones y alegatos que explican lo ‘reales’ y poderosos que pueden ser los sortilegios, las ceremonias ritualistas y las cópulas carnales para contribuir con el reino demoníaco.
También en este tratado, se relatan de manera detallada los casos en los cuales intervinieron como investigadores los inquisidores antes mencionados, principalmente en casos resueltos localizados al Sur de Italia, y de las supuestas reuniones de aquelarre que regularmente hacían las brujas en el área de Benevento.
Esta obra fue duramente criticada pues cada vez más salían eruditos y filósofos que echaban por tierra los argumentos fantasiosos y alucinantes que los inquisidores querían seguir usando como excusa para sus injustificadas muestras de violencia sangrienta contra inocentes.
El experimento en Metz
En una antigua ciudad situada en la parte norte de Francia llamada Metz, Andrés Laguna un reconocido doctor dedicado a la farmacología y a la medicina y a la botánica, realiza en en año de 1545 un experimento que tenía el objetivo de probar que no existe la brujería.
Este experimento consiste en que una pareja de ancianos, la cual había sido acusada de practicar la hechicería y de haber lanzado un conjuro de magia negra para causar una enfermedad terrible al Duque de Lorena, en la región norte del país Francés.
Laguna era el médico tratante del Duque, y al ver que le acreditaban el origen de la enfermedad a una pareja de ancianos, que no tenían nada que ver en la condición de salud del noble decide probar mediante un experimento que todo era parte de la sugestión y el engaño.
Final inesperado
Con la intención de probar su teoría, tomó un extraño ungüento que se había encontrado en la humilde casa de la pareja de ancianos, y se lo aplicó a otra de sus pacientes que sufría de insomnio, con lo que casi de inmediato la mujer cae en un estado de inconsciencia, en el cual cae en un profundo y perturbador sueño.
Según se relata, la mujer tuvo sueños vívidos, en los cuales realizó cosas disparatadas y fuera de toda lógica. Según el Doctor Laguna esta era la prueba de que cualquiera podía tener este tipo de sueños pero eso no significaba que se era practicante de la brujería.
De hecho el Doctor aprovechó la oportunidad para asegurar que muchas de las acusaciones realizadas en el campo de la inquisición eran basadas en alucinaciones sin fundamento científico.
Todo esto fue en vano ya que, las autoridades religiosas y civiles que llevaban el caso desestimaron las pruebas que presentó el doctor, además de igual manera ejecutaron a a pareja de ancianos por los cargos de Brujería de los cuales se encontraron culpables.
El Imperio Germánico
En la ciudad de Constanza, ubicada en la zona fronteriza de Alemania con Suiza, se publica un escrito relevante que refuta todas las teorías y mentiras que la inquisición se había encargado de difundir como si fuera la realidad de hechos comprobados científicamente.
Este libro lleva por nombre ‘De lamiis et phitonicis mulieribus’ y en su contenido entre otras cosas negaba categóricamente que la brujería existe, pero sobre todo, se enfocaba en negar que las personas que practicaban rituales y ceremonias fuera de lo común, tuvieran la posibilidad de realizar increíbles proezas como remontar el vuelo a voluntad.
El De lamiis et phitonicis mulieribus negaba muchas de las habilidades que se le atribuían a las brujas, prodigios en los cuales eran capaces de causar daños tan inverosímiles como la muerte de una persona solo por recitar un conjuro.
Basado en el Canon episcopi
Este libro estaba basado en el que se convertiría en su predecesor el Canon episcopi el cual se trata de un documento bastante completo en el que se hacen declaraciones complejas y explicaciones detalladas referentes a la existencia de las prácticas de la hechicería.
En esta obra se explica que es imposible la existencia física de las brujas y que se trata solo de alucinaciones impías provocadas por sustancias, brebajes, ungüentos, y la presión del entorno social en el que se vivía para la época.
En el lamiis et phitonicis mulieribus se mostraban grabados y pinturas que fueron muy populares, por lo cual se distribuyeron miles de copias, con algunas reediciones realizadas a través de los años.
Lo importante es que en él su autor, el profesional de las leyes Ulrico Molitor afirmaba que de existir personas que realizaran este tipo de actos de naturaleza impía, en los cuales se negara la existencia de Dios, o que fueran en contra de todo lo que emana de la Divinidad del Altísimo, si debían ser castigados, por su apostasía.
El término apostasía se refiere a la negación total o parcial de los dogmas de Fe, también se refiere a la renuncia de manera voluntaria de una persona a la religión profesada por querer sustituirla por otro tipo de prácticas impuras.
Los reformadores
Los fundadores del movimiento de la Reforma como lo son Martín Lutero y Malachton ambos con una prominente carrera y experiencia en asuntos teológicos y escolásticos, creían y afirmaban que los poderes que les atribuían a las brujas eran verdaderos.
A pesar de que la Reforma, causó prácticamente una de las divisiones más grandes que ha sufrido la Iglesia Católica en los últimos tiempos, estaban de acuerdo en algo: que el reinado demoníaco se estaba diseminando como una mala semilla por culpa del trabajo de las brujas, quienes servían como un puente entre la tierra y el averno.
El médico y demonólogo Johann Wier quien a su vez era uno de los seguidores de las teorías de Heinrich Cornelio Agrippa, quien fue un reconocido experto en ocultismo y hechicería, escribió un interesante libro en el año 1579 el cual fue editado en la ciudad de París.
En este libro Wier hace una recopilación de todas las opiniones que tenían una naturaleza contraria a la realidad sobre la existencia de las brujas, incluyendo también en este tratado a las afirmaciones de personajes relevantes de la época que en algún momento habían negado la existencia de la influencia demoníaca en los seres humanos.
Según las opiniones de los expertos de la época, el libro de Wier lo que hace de principio a fin es negar que existe la brujería, pues en su criterio la posibilidad de que el mismísimo demonio ponga su poder al servicio de ciertas personas solo porque lo alaban con cánticos y le dan culto cometiendo actos pervertidos, ante los ojos de el experto no era algo que tuviera sentido.
Propósitos engañosos
Entre las afirmaciones que expresa Wier está la de que deja en claro durante su exposición para realizar el libro, que se debe poner como objetivo de las investigaciones por herejía, la verificación de los propósitos por los cuales una persona recurre a realizar este tipo de actos donde cambia por completo sus creencias de fe.
Según su opinión es muy importante el indagar el porqué una persona pierde sus valores, y comienza a realizar una serie de actos para venerar a personajes del mundo del ocultismo, y al mismo tiempo encontrar la razón del afán por el ocultismo, la adivinación y las otras ofertas en las que se basa la brujería para atraer adeptos.
Wier hace énfasis en la naturaleza de los pactos que supuestamente se realizan con el demonio, pues llama la atención que quede remarcada la frase que indica que estos son de ‘mutuo acuerdo’, donde se supone que ambas partes salen beneficiadas.
Finalmente, el libro deja entrever la teoría del engaño por parte de las fuerzas demoníacas a los pobres incautos, que en medio de su desesperación y falta de fe, por sentirse también abandonada por una iglesia implacable, buscaban otras alternativas que llenaran ese vacío.
La naturaleza del engaño demoníaco es simple, sólo quiere obtener cuantas almas pueda conseguir, pues con eso volverá más fuerte su ejército demoníaco; es por esto que suele acercarse a personas que tengan una personalidad vulnerable, sean a sus ojos, débiles, deprimidos, melancólicos, resentidos, ignorantes, codiciosos, lujuriosos y pervertidos, entre muchos otros.
Pacto con el Diablo
El demonio es un ser sobrenatural, una criatura que representa toda maldad, lo oscuro y perverso. Tiene distintos nombres dependiendo de la cultura en la que se exponga el concepto, así como también tiene diferencias en cuanto a su origen.
Una de las teorías sobre el nacimiento de este personaje que tiene más fuerza es la de la Iglesia Católica, la cual consiste en que el demonio pertenecía a la hueste de ángeles del cielo, entre los cuales destacaba por su belleza, espiritualidad y fuerza.
Todas estas capacidades y habilidades eran muy respetadas por los otros ángeles y muy apreciadas por Dios, quien le dio un cargo importante y le dijo que tenía la potestad de dirigir otros ángeles de menor rango.
Se supone que poco a poco este hermoso y talentoso ángel, comenzó a creer que merecía más de lo que se le estaba encomendando y se inició una rebelión para obtener más poder, pues según su criterio él podía manejar mejor los asuntos celestiales que el propio Dios.
Pues por su atrevimiento y falta de humildad, así como también por dejar que la soberbia y el orgullo manejaran su temperamento, fue arrojado del cielo junto con sus seguidores, llevándose consigo sus pecaminosos pensamientos de egoísmo y notoriedad.
Por eso decide, instaurar su propio reino, lleno de pecado, donde reina el dolor la tristeza, la desolación y la muerte, y donde él es quien manda y rige todo bajo sus pies.
¿Existe la brujería? Los pactos demoníacos
El pacto con el demonio es una referencia cultural obligada cuando se habla de todo lo que abarca la brujería y la hechicería, pues fundamentalmente en estas artes oscuras se idolatra la figura del demonio abiertamente.
Según las creencias de las religiones existentes (que creen que existe la brujería), tradicionalmente las brujas realizan pactos con el demonio, el cual queda establecido entre una persona que debe ser una asidua adoradora del personaje en cuestión y que ya no le quede nada de fe en Dios.
El pacto con el demonio consiste en una persona debe cumplir una serie de ritos profanos, mediante los cuales logra abrir los caminos de comunicación entre el mundo de los mortales y el del inframundo, luego de expresar su devoción y entrega total a lo oscuro e impío y de reconocer al demonio como su única deidad, se realiza una invocación.
En esta ceremonia, la persona adoradora invoca al demonio que previamente ha escogido y espera hasta que él aparezca. Cuando esto sucede pactan, y la persona manifiesta directamente su deseo de entregar su alma por toda la eternidad a cambio de favores poderosos e imposibles de realizar a menos que sea con poderes sobrenaturales, lo cual es uno de las razones de que existe la brujería.
Generalmente estos favores varían según las necesidades específicas de una persona, pero usualmente se entrega el alma por belleza, lujos, dinero, poder, eterna juventud y aunque parezca increíble una de las causas más comunes es el poder conquistar un amor imposible.
Estas historias detalladas de cómo suceden los pactos, y del horrible destino que le espera a las personas que caen en este tipo de engaños por parte del maligno, es una de las técnicas que tiene la Iglesia para desmotivar al colectivo y disminuir las actividades que se realizan en este sentido.
Los pactos de los brujos
A las personas a las cuales se les acusaba de brujería se les atribuye siempre el haber hecho un pacto con el diablo. Pues los inquisidores tenían la creencia de que durante este acto funesto, el demonio marcaba el cuerpo de la bruja de manera distinta de cada persona, como una marca única e individual para reconocerlos como miembros de su ejército.
Los inquisidores cuando realizan las investigaciones de rigor en los casos de brujería, buscan afanosa y meticulosamente esta marca, la cual puede tomar muchísimas formas pero siempre, según sus palabras lucía de manera infernal.
Esta marca era como una identificación para los inquisidores de que en realidad la persona había sellado el pacto y vendido su alma. Muchos de los acusados murieron, siendo inocentes terminaron en hogueras quemados por practicar la brujería solo por tener, una cicatriz, un lunar, una verruga o cualquier cosa que los inquisidores consideraran que parecía antinatural.
Mediante el pacto se supone que el demonio les concedía la petición al devoto, quien estaba en la capacidad de usar estos poderes recién adquiridos para realizar todo tipo de fechorías durante el tiempo que hubiese convenido en el trato con el diablo.
El Aquelarre
El aquelarre es la forma de adoración colectiva que tiene el demonio. Esta actividad consiste en la reunión de un grupo numeroso de adoradores (más de 12), con la finalidad de realizar los rituales y las ceremonias en las cuales la principal meta era expresar su completa y total sumisión al poder demoníaco.
En la Iglesia Católica este tipo de reuniones eran consideradas pecaminosas y pervertidas, pues en ellas se manifestaban todas las formas de vulgaridad y comportamiento impío.
Es aquí donde se demostraba que la devoción que se profesaba era real, pues delante de otros brujos se debían completar rituales terrible para poder pertenecer al círculo predilecto y secreto de brujos.
Se cree que el origen del término se refiere a una palabra que se deriva del Vasco ‘Akelarre‘ lo cual significa ‘el prado del macho cabrío’, de lo cual viene la idea de que el diablo tomaba la forma de este animal, y se aparecía en medio de estas reuniones, que usualmente se realizaban en lugares solitarios y rodeados de vegetación.
Los aquelarres para algunos eran la prueba de que la brujería existe, tienen reminiscencias de otros cultos paganos, los cuales estaban estrictamente prohibidos para la época, estas reuniones tienen un alto índice de que ocurran encuentros sexuales con demonios y otros actos grotescos que se realizaban a manera de culto a lo oscuro y pervertido.
Pasos a cumplir
El aquelarre según creían los inquisidores, tenía una serie de pasos que debían cumplirse para poder ser partícipe y beneficiario de los favores que otorgaban los demonios a los fieles que solían rendirles tributo mediante la brujería.
Entre estos requisitos está en primer lugar, que la naturaleza de la convocatoria era obligatoria, es decir, desde que existe la brujería todos los practicantes de la hechicería y magia negra estaban obligados a asistir a este tipo de ceremonias, pues el demonio necesitaba del culto de todos sus seguidores.
En estas reuniones ante todo se debía mostrar sumisión al personaje oscuro, para estos los devotos debían ponerse de rodillas y postrarse ante el rey del averno, prometiéndole fidelidad y total entrega.
Luego de esto se disponían a entregar ofrendas horripilantes que muchas veces servían como prueba de que se había cometido un acto contra las leyes divinas. Encuentra más información interesante en nuestro artículo Asesinos Seriales
Lo divino y lo profano
Según los historiadores y estudiosos sobre el tema de la brujería, los aquelarres buscaban demostrar entre otras cosas que los participantes habían hecho su cambio de lo divino a lo profano, invirtiendo toda una escala de valores predefinidos por la religión como rituales y ceremonias específicas.
Por ejemplo se suponía que era una inversión sacrílega el recitar oraciones emblemáticas de alabanza a Dios de manera inversa, como por ejemplo era usual que se recitara el Credo al revés y con nombres demoníacos en vez de los usuales.
Todos los elementos utilizados en las misas y ceremonias normales de la Iglesia Católica eran utilizados por la brujería pero en su versión diabólica, por ejemplo la misa negra, banquetes de carne humana, beber sangre de animales muertos o de niños pequeños, y otras muchas actividades, las cuales varían según la imaginación personal.
Muchas de los poderes sobrenaturales que se les atribuían a las brujas, eran producto de la imaginación de gente que, para librarse de una acusación o para generar sospechas contra vecinos molestos, relataba historias insólitas sobre mujeres volando sobre escobas y transformándose en animales, representando al mal en su más pura expresión.
En conclusión, podemos decir que la brujería existe según el sistema de creencias que se tenga; durante años en la época en que la inquisición estaba en auge esta afirmación se utilizó para apoyar una serie de matanzas que solo trajeron muerte y desolación en uno de los periodos más oscuros de la historia.