El consumo de alcohol genera una espiral de dependencia que causa problemas graves, entre los cuales se puede identificar la depresión, que se manifiesta con una persona con un estado de ánimo de sentimientos negativos lo cual impulsa a la persona a volver a beber. En este artículo mostraremos lo peligrosa que puede resultar la combinación entre el Alcohol y la Depresión.
El Consumo de Alcohol
El consumo de alcohol es una costumbre ampliamente difundida y aceptada en todo el mundo. Se ve como normal el hecho de compartir momentos especiales y festejar objetivos logrados o buenas noticias con bebidas alcohólicas.
Ya sea cerveza, vino o licores más refinados y con mayor grado de alcohol, el beber de manera social es aceptado y de alguna manera es impulsado por grandes campañas publicitarias que indican que los momentos solo se disfrutan cuando se consume alcohol.
El problema se presenta cuando se pierde el control sobre la ingesta de alcohol, y se comienzan a experimentar situaciones que van en detrimento de la calidad de vida del individuo.
La mayoría de las personas pueden beber de manera moderada y disfrutar de una ocasión especial con una cerveza y un buen vino, es cuando se cruza la línea de la moderación que la persona desencadena un número significativo de problemas y situaciones que se agravan con el paso del tiempo.
Efectos secundarios
El alcohol es una bebida que causa adicción sus efectos sobre el sistema nervioso central, lo cual genera cambios a nivel de percepción de la realidad, alteraciones del ánimo, estado de conciencia y variabilidad en la manera de reaccionar ante las situaciones.
Los efectos secundarios del consumo excesivo de alcohol son numerosos, y algunos de ellos hacen que pongamos en peligro la integridad de la vida de los demás hasta nuestra propia vida.
El mecanismo de acción del alcohol es de doble fase, lo cual quiere decir que sus efectos cambian a medida que va pasando el tiempo.
En una etapa inicial el alcohol produce una sensación de relajación, se siente como si de repente todo está bien y solo se debe disfrutar el momento, la alegría, la facilidad de trato y conversación además de otras costumbres de socialización se hacen evidentes.
Pero luego de esa etapa pasamos a otra que no es tan relajada, en la cual el alcohol ha atravesado las membranas permeables de las células del organismo y circula libremente por nuestro cuerpo en el torrente sanguíneo.
Es aquí donde se comienzan a experimentar signos de que la cantidad de alcohol es elevada y debemos dejar de beber, por ejemplo, la visión borrosa, la falta de coordinación y de juicio, que hace que muchas veces el individuo tome las peores decisiones de su vida.
Por ejemplo cuando una persona está embriagada puede tener repentinos cambios de humor y que lo llevan a tener discusiones, ataques de llanto y el manejar a toda velocidad, lo cual pone en peligro su vida y la de otras personas de su entorno.
Consecuencias en el organismo
Un ser humano comienza a sentir los efectos del alcohol luego de que han transcurrido entre 3o y 90 minutos, lo primero que sucede es que el nivel de azúcar presente en la sangre del individuo disminuye, lo cual causa la sensación de cansancio y agotamiento físico.
La glucosa en sangre disminuye pues uno de los efectos del alcohol en el hígado es que acelera los procesos de transformación para obtener la glucosa se ven alterados.
El alcohol inhibe una hormona llamada vasopresina, la cual es la responsable de mantener el balance corporal de los líquidos, ya que interviene en el proceso renal de la reabsorción de agua de la orina.
Cuando esta hormona falla en realizar su importante función, el riñón se descontrola y comienza a eliminar más agua del organismo de la que es ingiere, lo cual da como resultado que se extraiga de otros órganos.
Es por esto que aparecen los síntomas de la resaca, por ejemplo cuando las meninges, que son las membranas que recubren el cerebro pierden agua, en poco tiempo aparece el dolor de cabeza.
Efectos en el Cerebro y en el Sistema Nervioso
El consumo de alcohol en exceso y de manera continua causa alteraciones en las funciones cerebrales, se trata de estados alterados de las emociones, tales como los cambios súbitos de humor sin causa aparente, así como también causa perturbaciones en los procesos de pensamiento lo cual da como resultado que se nuble el juicio.
Cabe destacar que estas consecuencias de la ingesta de alcohol pueden presentarse juntas o por separado, y varía en intensidad dependiendo de la persona.
Si el individuo es un asiduo bebedor, estas condiciones se muestran más severas, además de que se presenta la deficiencia para controlar los movimientos para articular las palabras, las reacciones se vuelven más lentas y se puede manifestar pérdida del equilibrio.
Continuando con la descripción del daño a nivel neurológico, el alcohol causa un efecto tóxico en los neurotransmisores logrando modificar su composición y afectando sus funciones.
Esto da como resultado la disminución de la capacidad de la concentración, retardo de los reflejos y de las funciones motoras, así como también pérdida de la coordinación de movimientos.
Es por esto que el alcohol es el causante de accidentes de todo tipo, siendo uno de los más frecuentes los de tipo vial. Por tal motivo es considerado mortal el conducir en estado de ebriedad.
El alcoholismo
El problema del abuso de alcohol es que se convierte en un patrón de consumo que genera consecuencias de riesgo que se presentan de manera recurrente.
Se trata de que poco a poco la dependencia va tomando el control de la vida del individuo. Las personas dejan de realizar sus actividades rutinarias y de cumplir sus obligaciones a todo nivel, pues ya todo deja de tener importancia si se compara con el beber alcohol.
La pérdida del control en la vida de la persona se manifiesta de muchas maneras, por ejemplo puede que la despidan de su trabajo por faltas constantes, que se retrase en sus estudios, que malgaste sus ahorros o que incurra en actos fuera de la ley solo para tener dinero y comprar alcohol.
Este tipo de dependencia, se caracteriza por la necesidad de tomar alcohol para sentirse bien consigo mismo, y para imitar la sensación de bienestar que una persona siente cuando toma alcohol. Como se trata de una condición de dependencia, los síntomas de abstinencia son fuertes y se manifiestan con náuseas, irritabilidad, estado de ansiedad y alucinaciones entre otros.
Factores relacionados con el alcoholismo
Las personas desarrollan el problema de alcoholismo por múltiples causas dependiendo de ciertos factores de tipo genético, fisiológico y psicosociales.
No todas las personas se ven afectadas por el alcohol de la misma manera ni todas las personas recurren al alcohol como un escape o un aliciente de las cosas que enfrentan diariamente.
Existen rasgos que son comunes en las personas que recurren al consumo de alcohol, como la impulsividad, la baja autoestima, y la necesidad de aprobación; muchas de las personas alcohólicas quieren curar sus problemas emocionales a través del consumo de alcohol.
Los factores sociales muchas veces presionan al individuo para que consuma alcohol, la facilidad con que se consigue el alcohol hoy en día es una de las razones por las cuales las personas terminan ingiriendo más alcohol de lo debido.
Los factores genéticos relacionados con el consumo excesivo de alcohol no se refieren a que si los padres son bebedores en exceso así serán sus hijos, se trata de que existen personas con un nivel de tolerancia al alcohol tan alto que nunca es suficiente la cantidad que ingieren.
Esto los lleva a ingerir más cantidad de alcohol multiplicando los daños a los órganos internos y los riesgos que conlleva el alcoholismo para la salud.
¿Cuándo se debe buscar ayuda?
Generalmente las personas que tienen dificultades con su consumo de alcohol están completamente convencidas que no existe ningún problema, de que la situación está controlada y que podrían dejar de tomar alcohol en el momento en que ellos quieran.
El círculo de amigos y familiares de estas personas suelen ser un apoyo emocional para el individuo en este difícil camino de dejar el alcoholismo; casi siempre se cae primero en un estado que marca una relación entre el alcohol y la depresión.
Sin embargo existen personas para quienes resulta imposible salir de esta condición de riesgo, para ellos la salida es contar con ayuda extra. Existen instituciones para la desintoxicación del alcohólico, donde pueden acudir para recibir terapias y apoyo en todo sentido.
La Depresión
La depresión es un padecimiento psicológico que describe los trastornos del estado de ánimo donde la persona se siente permanentemente afligida, triste, sin ánimo de realizar cualquier actividad y sin esperanza de que en un futuro las cosas pueden mejorar.
Esta condición hace que la persona no tenga la capacidad de disfrutar ningún estímulo de la vida cotidiana, ya que pierde el interés en las actividades diarias y cuando las llega a realizar no le satisfacen.
Otro rasgo de la persona deprimida es que tiene falta de reactividad ante los eventos que suceden, llegando a otorgar a las personas de su entorno una respuesta mínima ante cualquier intento de involucrarse en actividades en las que puede compartir y sentirse bien.
Los trastornos depresivos son acompañados de estados de ansiedad, de la cual se genera un estado alterado donde la realidad se percibe de manera estresante, extrema y amenazante. Descubre más sobre interesantes temas de salud en nuestro artículo Depresión Sonriente
Los síntomas de la persona que está deprimida son la tristeza constante (sea evidente o oculta), el decaimiento, la irritabilidad, sensación de que todo le molesta, el sentimiento de que todo le molesta y la frustración que esto conlleva.
La persona que está bajo un estado depresivo puede no dar muestras de la tristeza que siente, guardando en secreto episodios de llanto; para mostrar al mundo una fachada de pérdida de interés, e incapacidad de integrarse a las actividades habituales, lo cual les lleva a tener una experiencia de vida poco motivadora.
Alcohol y Depresión
El alcohol y la depresión están estrechamente vinculados, debido a que la persona que bebe se siente culpable por ser alcohólico, y trata de no volverlo a hacer, al fallar se vuelve a sentir deprimido; lo cual describe una espiral de la que es muy difícil librarse.
Además de que muchas veces el individuo tiene otros problemas salud mental que se agravan con el consumo de alcohol; por ejemplo trastornos como la ansiedad, tristeza extrema, pensamientos fatalistas, baja autoestima y depresión, lo cual se agrava con el alcohol.
A menudo se necesitan múltiples terapias, de tipo familiar, de grupo e individuales, que resultan útiles en este tipo de casos, para resolver las causas que conllevan a una persona a consumir alcohol en exceso.
Efectos del Alcohol en la Depresión
Existe una teoría que afirma que los individuos que sufren de depresión recurren a la bebida como un alivio a la condición; esto se debe a que el alcohol produce en el organismo efectos físicos y psicológicos, que alteran la bioquímica del cuerpo y nos hacen cambiar de ánimo y de comportamiento casi de manera instantánea.
Los problemas con el alcohol tienen un impacto negativo en la salud mental del individuo, una persona inmersa en el mundo alcoholismo puede empeorar la condición cuando se une el alcohol y la depresión.
Alcohol y Depresión: Combinación Mortal
La persona que padece de un trastorno depresivo tiene altas probabilidades de sufrir de alcoholismo, así como también se da la relación contraria en la que la persona que es alcohólica sufrirá tarde o temprano de depresión.
Existen teorías que afirman que a pesar de que el alcohol es generador de momentos agradables que impulsan el buen ánimo es básicamente un elemento que causa estados depresivos.
Alcohol y las recaídas
El recurrir al alcoholismo puede llevar a una persona a tener recaídas en sus intentos por salir de la depresión; los signos de depresión se manifiestan con más fuerza cuando una persona comienza a darse cuenta que debe dejar de beber e inicia su camino de recuperación y rehabilitación.
De hecho en las primeras fases de la rehabilitación por abuso en el consumo de alcohol, se tiene un especial seguimiento a las personas en recuperación pues es cuando los síntomas de represión atacan más fuerte y usualmente es cuando se producen las recaídas.
Generalmente se presenta una mejoría en este sentido luego de transcurridas unas 4 semanas de iniciado el tratamiento para dejar de beber.
Uno de los riesgos más peligrosos que se origina de la fatal combinación entre el alcohol y la depresión es que se incrementa la tasa de suicidios, esto debido a que el consumo excesivo de alcohol aumenta la impulsividad, no se piensa adecuadamente y se exageran los sentimientos de negatividad y tristeza.
Juicios errados
Una persona intoxicada con alcohol u otras sustancias no tiene un buen juicio, lo cual explica el comportamiento arriesgado poniendo en peligro su propia existencia así como la de las personas que lo rodean. Descubre más sobre los efectos del alcohol en el organismo en nuestro artículo ¿El alcohol mata neuronas?
La combinación entre los medicamentos antidepresivos y el alcohol puede resultar mortal, pues causa un deterioro impresionante del ánimo de la persona a tal punto que se incrementan los sentimientos de desolación, tristeza y ansiedad.
El tomar alcohol anula los efectos de los medicamentos antidepresivos que haya tomado el paciente en su tratamiento para vencer este trastorno, lo cual representa un retraso en el tratamiento y con el tiempo tiende a empeorar la condición general del individuo.
La mayoría de los medicamentos causan reacciones adversas cuando se mezclan con alcohol, algunas afectan tan gravemente el sistema nervioso y circulatorio del organismo que pueden resultar mortales para el cuerpo de un individuo que ya está debilitado por el consumo de alcohol.
Riesgo Mortal
Existe un tipo de antidepresivo que puede resultar especialmente mortal si se le mezcla con el alcohol, se trata de los Inhibidores de la Monoaminooxidasa IMAO, los cuales si se combinan con bebidas alcohólicas pueden causar que ocurra un aumento explosivo de la presión arterial.
La hipertensión cuando se presenta de manera súbita puede originar un shock en el organismo, el cual somete a los órganos esenciales a un esfuerzo que muchas veces los daña de forma irreversible, especialmente aumenta la posibilidad de que se produzca un colapso a nivel cardiopulmonar.
Los medicamentos para la depresión alteran el estado de alerta e influyen en las reacciones, el comportamiento y la percepción de la realidad; el alcohol hace que esto cause un desbalance y que tenga repercusiones en la salud del paciente, pues el sistema circulatorio llevará toda esa información a nivel neural.
La combinación entre los medicamentos para la depresión y el alcohol produce efectos que son totalmente contraproducentes y alterar tus capacidades y habilidades para desempeñarte de la mejor manera. Descubre más sobre interesantes temas de salud en nuestro artículo Antibióticos y Alcohol
No se debe dejar de tomar el medicamento antidepresivo para tomar alcohol, pues en estos tratamientos el organismo necesita de su dosis diaria para estabilizarse y lograr recuperarse. Un cese abrupto de la dosis puede incluso empeorar la condición de los síntomas depresivos con todo el riesgo que esto conlleva.
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